La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El tripartito, doctorado en follones

Los socios del ejecutivo local (Somos, PSOE e IU) han protagonizado más de medio centenar de peleas internas y con colectivos como la Iglesia y los hosteleros

El tripartito, doctorado en follones

Si el dicho de que "el roce hace el cariño" fuera una verdad absoluta el tripartito ovetense viviría en una luna de miel perpetua desde que la izquierda local (Somos, PSOE e IU) se hizo con el control del Ayuntamiento, a mediados de junio del año pasado. Porque si en algo el tripartito se ha ganado una matrícula de honor es precisamente en eso: en sus roces. Desde el arranque del mandato no han dejado de saltar chispas en el seno del gobierno, que acumula más de medio centenar de batallas internas y varias escaramuzas con diversos colectivos (Iglesia, vecinos, hosteleros...). A una por semana. A continuación, algunas de las peleas en las que se ha visto inmerso el gobierno local en su primer año de mandato, durante el que se ha doctorado en follones.

Los sueldos. El reparto de un pastel de más de 1,7 millones en concepto de sueldos de concejales, subvenciones a los grupos y nóminas de asesores generó la primera gran crisis en el tripartito. El gobierno consumió más de doce horas de reuniones y el primer mes del mandato en establecer el sueldo de los ediles liberados. Somos y el PSOE querían rebajar el coste de la Corporación. IU defendía "medios dignos" para los grupos. El tripartito llegó al primer pleno ordinario de su corta existencia sin un acuerdo. IU rompió la disciplina y votó junto a Ciudadanos y el PP. El coste de la Corporación se elevó en 500.000 euros para indignación de podemistas y socialistas. "Esto no es borrón y cuenta nueva", advirtió a IU el Alcalde, Wenceslao López (PSOE).

La primera reestructuración del gobierno, a los 55 días. Vestida como una reorganización para mejorar la eficiencia del gobierno, el Alcalde decidió restar poder a IU para reforzar a Somos 55 días después de ser elegido. Los comunistas se quedaron sin las bibliotecas y los centros sociales. La coalición lo entendió como un tirón de orejas por funcionar como un verso suelto dentro del gobierno. "Esto no es un bipartito", bramaron desde IU.

3. ¿Quién sale en la foto? . La pugna de los socios de gobierno por salir en la foto y hacerse con un titular ha provocado escenas que rozan el surrealismo, como ruedas de prensa a las que acuden concejales como público para "controlar" si un "colega" de gobierno, que no de partido, hace anuncios que no son de su jurisdicción. Es más, La política informativa del tripartito ya ha devorado a un jefe de prensa.

La zona rural, a currar. El anuncio de Rubén Rosón de que no sería mala idea recuperar las sextaferias (trabajos comunales) en la zona rural para mejorar el cinturón verde del concejo levantó ampollas entre los vecinos. Sobre todo porque con una altísima media de edad los residentes no se veían tirando de guadaña y de fesoria para limpiar los caminos.

Rosón, en modo Alcalde. Tras el lío por las sextaferias, Rosón publicó por su cuenta y riesgo un bando municipal anunciando el desbroce de caminos a cargo del municipio. El bando, un mecanismo que solo puede utilizar el Alcalde, indignó a sus socios. Hasta la oposición pidió que dimitiese.

5. El movido diseño de los distritos. Con todo listo, aprobado y consensuado en el mandato anterior por todos los partidos, Somos trató de cambiar el reglamento que rige el funcionamiento de los distritos para cabreo de PSOE, IU y los vecinos.

Somos quiere purgar a los "pata negra". Los podemistas plantearon el fichaje de directores generales "low-cost" para sustituir a los altos funcionarios que consideran afectos al PP. El Alcalde descartó inmediatamente la idea e IU intervino en la polémica alegando que "hay que aprovechar lo que hay".

El interventor, caso al margen. Las acusaciones de Somos contra el interventor por ser "laxo" a la hora de hacer un informe que los podemistas consideran a favor del líder del PP, Agustín Iglesias Caunedo, de cara a su imputación en la trama del agua ("caso Pokémon), llevaron al alto funcionario -ahora de baja y también imputado- a mostrarse especialmente puntilloso en su labor de fiscalización. Llegó a rechazar hasta tres veces los pliegos del concurso de El Asturcón para desesperación del tripartito, en especial del Alcalde.

De vetos y banderas. El tripartito ha destacado por su gestión de los símbolos. Hubo roces para "castigar" a la bandera de la Unión Europea por la política comunitaria sobre los refugiados: que si crespón negro, que si retirarla... Al final se ató. También se optó por los vetos. Primero a Coca-Cola, queriendo desterrar la marca del municipio por el cierre de la planta de Colloto. Luego hubo un intento de hacer lo mismo con los productos israelíes (el PSOE se negó) y con el Reconquista. En estos dos casos no hubo acuerdo.

La soledad del Alcalde ante El Asturcón. Somos e IU han puesto en duda desde el principio los pasos que el Alcalde ha ido dando desde hace un año para evitar el cierre de El Asturcón. Podemistas y comunistas quieren desterrar los caballos del concejo. El regidor socialista aún tiene esperanzas de encontrar una solución para aprovechar los boxes.

Somos y la deuda histórica del Principado. Con motivo de las inversiones previstas en la ciudad en el presupuesto del Principado, Somos cargó contra el PSOE y el gobierno de Javier Fernández al que acusó de tener "una deuda histórica" con la ciudad. Los podemistas recuperaban así el discurso del "cerco a Oviedo" del que tanto echó mano Gabino de Lorenzo (PP) en sus tiempos como alcalde.

Tijera a los "Premios". El republicanismo que la izquierda lleva en sus genes produjo otro incendio en el gobierno local. Somos quería reducir la subvención a los Premios Princesa, el PSOE mantenerla e IU retirarla. Solución cuasi salomónica: reducción de 50.000 euros, dejando la ayuda en 300.000. Nadie quedó contento.

Las vallas podemistas y Corea del Norte. Los 1.500 euros que Somos pagó para instalar vallas en las que sus concejales presumían de los logros del Ayuntamiento revolvieron las aguas. IU acusó a los podemistas de capitalizar el trabajo del tripartito y de actuar como en Corea del Norte.

El nuevo organigrama no convence a los funcionarios. El diseño del organigrama funcionarial -Relación de Puestos de Trabajo (RPT)- no gustó a los trabajadores municipales, que acusaron a la izquierda de recuperar la estructura del gabinismo.

El plan de empleo no fue una más. La manera de actuar con los trabajadores del plan de empleo, que han ido ganando juicios por despido improcedente, convirtió muchas Juntas de Gobierno en una bronca constante.

La odisea del presupuesto. Poner negro sobre blanco el primer presupuesto del tripartito fue un largo alumbramiento que tensó más que nunca a los tres. Primero Rosón embargó parte del documento. Luego, una vez diseñado, montó sin contar con sus compañeros de viaje lo que se bautizó como la caravana presupuestaria, con visitas a los barrios. Hubo que congelar un mes la caravana por la indignación de PSOE e IU.

El Alcalde revienta. Los problemas acumulados llevaron al Alcalde a dar un puñetazo encima de la mesa y disparar, esta vez, contra Somos. El regidor exigió públicamente a los podemistas "sensatez" y "moderación" en su radicalismo. Las cosas no mejoraron y en una Junta de Gobierno celebrada el pasado 13 de abril, socialistas y comunistas acusaron a los podemistas de "dinamitar" al tripartito y de paralizar el Ayuntamiento por sus constantes cambios de criterio.

La marginación de los barrios. A Somos no le gustó nada que sus socios descartaran repartir el millón de euros que deben gestionar los barrios de manera proporcional teniendo en cuenta la renta per cápita de los mismos. La líder de Somos, Ana Taboada, acusó a PSOE e IU de marginar a los barrios pobres "como lo hizo el gabinismo".

La tensión interna llega a los plenos. Primero fue Taboada, que acusó al Alcalde de vetarla en un pleno por no dejarla hablar. Luego llegó IU, cuyos concejales abandonaron una sesión plenaria después de que no se diera la palabra a los operarios del hípico.

La perrera, otra adjudicación paralizada. El tripartito decidió dar marcha atrás y rehacer los pliegos para la adjudicación de la perrera municipal cuando se desayunaron con el titular de que los animalistas acusaban al gobierno local de querer convertir el albergue de animales en un crematorio.

Contra la Iglesia, los hosteleros... El laicismo del tripartito le ha llevado a retirar la subvención a la Catedral, descartar el museo de las Reliquias o no dar ayudas y desahuciar de su sede las cofradías de Semana Santa. Tampoco las relaciones con la patronal de los hosteleros son buenas (gastromateo, menú del Antroxu...).

El Asturiano y la Memoria Histórica o el botellón. El control de la Llingua, el pilotaje de la comisión para borrar los vestigios del franquismo del callejero o las medidas contra el botellón, también han sido fuentes de conflicto. De igual forma lo fue la decisión de no dejar entrar a los grupos descontentos con el tripartito con pancartas de protesta a los plenos.

Compartir el artículo

stats