Guillermo Toledo, más conocido como Willy Toledo (Madrid, 1970), es un hombre de extremos. Y no solo porque sea uno de los actores españoles con menos pelos en la lengua, sino porque su legión de fans es casi tan numerosa como la de sus detractores. Cada una de sus declaraciones es analizada con lupa, llevándole muchas veces a críticas y linchamientos públicos que no le hacen titubear ni lo más mínimo. Habla con sinceridad y su lenguaje se aleja de los circunloquios. Todo un detalle en estos tiempos. Otra cosa es que su mensaje guste o no, allá cada uno. Pero a él no le importa. Dice lo que siente, es fiel a sus principios y cumple con lo que dice ser "una obligación". "Nosotros no buscamos hacer campaña política, ni creo que el teatro sea una herramienta tan poderosa como para transformar la sociedad. Pero nuestra obligación es comprometernos con este tiempo que nos ha tocado vivir y no podemos desvincular el teatro de lo que está pasando en la calle y en nuestra sociedad", afirma. El actor llegará el próximo viernes 17 de junio, a las 20 horas, al teatro Filarmónica con la obra "El Rey". Un título no exento de polémica, escrito y dirigido por el también intérprete Alberto San Juan, y en el que participa el actor Luís Bermejo, que se sumerge en la Transición española a partir de la figura de Juan Carlos I para mostrar una visión "alternativa" de este episodio histórico.
-Una "nueva" versión de la Transición. ¿Un reto?
-La versión de "El Rey" no es nueva porque nunca se haya escuchado antes, más que nada porque el texto está basado en infinidad de publicaciones y documentos que se conocen desde hace muchos años. Pero sí es absolutamente contraria a la versión oficial que se nos ha dado de la Transición. Por eso, a partir de la figura del Rey, para nosotros una pieza clave de ese paso hacia una presunta democracia española, ofrecemos una visión diferente a la modélica que nos han venido.
-¿Por qué fue clave?
-Los que manejan de verdad los hilos le utilizaron para hacer una construcción ficticia de un sistema. Era un mandado, no hizo nada más allá que vivir la vida como le ha dado la gana. Nos lo vendieron como el salvador al parar el golpe de Estado del 23-F, pero no paró nada.
-¿Qué intereses había para convertirle en líder salvador?
-Era la única manera de hacernos pensar que ya estábamos en democracia y callarnos. Y que mejor que con un monarca campechano y buena gente. Por eso nosotros mostramos al Rey como lo que es, un ser humano que tiene sus muchas miserias y sus poquitas grandezas. No es una burla, ni buscamos la imitación de ningún personaje, ni destruir la imagen personal del Rey. No nos interesan ni sus amoríos, ni sus borracheras, ni sus juergas. Cada uno tiene derecho a hacer lo que dé la gana. Nos metemos en su influencia política y en cómo ha contribuido para llegar a la situación política y social de hoy.
-¿Con Felipe VI ha mejorado la cosa?
-Tuvimos al hijo de Franco y ahora nos colaron al nieto. La regencia de Felipe VI es más ideologizada y de derechas todavía que la de Juan Carlos. Es mucho más radical.
-Traen "El Rey" a Oviedo, una ciudad muy ligada históricamente a la monarquía.
-Oviedo es una ciudad monárquica por los Premios "Princesa de Asturias", por lo del Principado y todo eso. Pero también hay mucha resistencia, tanto en Oviedo como en toda Asturias. Solo hay que recordar la manifestación en contra de los Premios en su última edición. Hay un poco de todo, y eso es bueno. Aunque yo estoy del lado de los que estaban protestando en la puerta, eso está claro.
-¿Falta información en España sobre el franquismo y la Transición?
-Ha sido una estrategia del sistema. Han silenciado nuestra historia más reciente. No sabemos nada de los últimos 80 años porque fueron un entramado prefinanciero, clerical y político para continuar con la farsa de la democracia y así perpetuar en sus puestos a los creadores del franquismo. Esa ignorancia del pueblo español es vergonzosa, pero mientras más nos mantengan en ella, más durarán ellos en el poder. Esa es una parte de nuestro drama y la razón por la que hemos decidido hacer "El Rey".
-¿Estamos peor ahora que hace 30 o 40 años?
-Mucho peor en cuanto a libertad, paro, desigualdad, persecución política, derechos laborales, y encima los medios son todavía más lamentables de lo que eran. Mire, yo soy un melómano. Me paso el día escuchando música. Cuando escucho letras de rock de los 80 y los 90 pienso que, si se escribieran hoy, sus autores estarían perseguidos por la justicia. Si lo de los titiriteros hubiera pasado hace 30 años ni nos hubiéramos enterado. Pero nos están llevando a una situación de estrangulamiento en todos los sentidos. Cada día más.
-Usted y Alberto San Juan defendieron a los titiriteros y se les tildó de proetarras.
-Cualquiera con dos dedos de frente sabe que en ningún momento ni Alberto ni yo hemos dado nuestro apoyo a ETA. Jamás. La cuestión es que hay quien se cree que los titiriteros hicieron enaltecimiento del terrorismo. La única intención de ese montaje político, mediático y judicial es derrocar a un gobierno escogido legítimamente en Madrid. Y son capaces de todo para ello, incluso señalar y demonizar a aquellos que la sociedad tiene que humillar. Es todo un paripé, pero no tenemos ningún miedo.
-¿Nunca se ha arrepentido de alguna declaración?
-Ni un solo minuto. En el primer linchamiento público que tuve pensé: o me defiendo o seré un mártir toda la vida. Yo no soy de arrodillarme ante criminales. No van a conseguir que dejemos de hablar. Llevan más de 6 años tirando mierda sobre mí y no lo han conseguido. Somos más fuertes que ellos.
-¿Ve futuro a la alianza de Podemos e Izquierda Unida?
-Era el único camino que tenían, pero a mí no me convencen. Se venden como nueva política pero hacen la vieja. Solo hay que ver lo que están haciendo desde que ganaron las elecciones municipales. Por ejemplo, Carmena en Madrid. Es la pura socialdemocracia, el enemigo fundamental de la clase trabajadora. Si va a ser así un gobierno de Unidos Podemos, apaga y vámonos.
-¿Quién cree que ganará las Generales?
-Gobernará otra vez el PP, con el apoyo de Ciudadanos y la abstención, o el apoyo incluso, del PSOE. Es posible que Unidos Podemos gane la elecciones, pero no llegarán al Gobierno. Al final la banca siempre gana.
