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"Veo luz al final del túnel", dice el dueño de Uría 58, listo para la reconstrucción

La retirada del andamiaje del edificio incendiado despeja el camino para la reapertura de la calle, a falta de sacar los escombros del inmueble

Estado de la calle Uría a la altura del número 58, en una imagen tomada ayer. IRMA COLLÍN

"Ya veo la luz al final del túnel". Así de aliviado se muestra Carlos Espina, el dueño del edificio de Uría, 58, calcinado el 7 de abril, ahora que su reconstrucción parece una realidad cercana. La próxima semana finalizará el desmontaje de la fachada y se retirarán los andamiajes y las bases de hormigón que sustentan la estructura metálica, por lo que el camino para reabrir la calle quedará despejado. El dueño está "a punto de presentar" en el Ayuntamiento el proyecto básico para solicitar la licencia de reconstrucción del inmueble colapsado por el incendio y que también afectó al número 25 de Melquíades Álvarez. La fecha de reapertura de la calle está en el aire a falta de desescombrar el interior del edificio. Como la propiedad asume los trabajos pendientes, al Ayuntamiento sólo le queda esperar.

"Abriremos Uría lo antes posible y sin obstáculos para que haya todas las garantías a la hora de recuperar la normalidad", ha comentado a LA NUEVA ESPAÑA el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, que ante todo quiere restablecer el recorrido de las líneas de autobús afectadas por el corte y que "los tres establecimientos más castigados por el cierre parcial de la calle, una peluquería, una zapatería y un restaurante, vuelvan a tener su nivel de clientela habitual".

Cabe la posibilidad de compaginar las labores de desescombro con la reapertura de Uría, pero para tomar esa decisión es necesario que los representantes municipales y los propietarios del inmueble se pongan de acuerdo y analicen los pros y los contras. Además, la Policía Científica supervisará el trabajo por si aparecen pruebas determinantes para conocer con exactitud el origen del incendio o para aclarar las circunstancias del fallecimiento del bombero Eloy Palacio.

Sólo queda retirar lo que queda de la segunda planta del 58 de Uría para finalizar el desmontaje de la fachada, que comenzó el 24 de mayo a cargo de la empresa "Pevida Construcciones" con el objetivo de quitar el segundo y tercer piso (el cuarto fue el que se derrumbó y el primero y el bajo se mantendrán). Según su responsable, el aparejador Mario Pevida, el estado de conservación de las piezas es bueno y "el 90 por ciento de ellas pueden utilizarse en la reconstrucción".

El proyecto es un soplo de aire fresco para el propietario, que asegura: "Veo la luz al final del túnel al hablar de la reconstrucción". Espina se mudó forzosamente con su familia a un apartamento tras perder en el fuego su vivienda y está al pie del cañón para seguir las labores de desmontaje de la fachada, que se hacen en base a un estudio de una empresa de topografía del parque tecnológico de Llanera.

Un equipo técnico tomó 989 fotografías de alta resolución (fotogramimetría) y procesaron varios modelos en tres dimensiones para tener una reproducción lo más exacta posible del edificio, diseñado por el arquitecto Juan Miguel de la Guardia en 1889, catalogado dentro del patrimonio cultural y reformado en el año 2.000 (cuando redistribuyeron la cuarta planta, y la cubierta del bajo, e instalaron un ascensor).

El desmontaje incluye la numeración de cada una de las piezas retiradas para luego usarlas correctamente en la reconstrucción, que tendrá que ser autorizada por la propiedad del inmueble. Además, los operarios trasladan los bloques a una nave que cumple con los requisitos necesarios de temperatura y humedad para su conservación.

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