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Los genios estudian en La Corredoria

El colegio decano del barrio es el único público de la ciudad que oferta en su plan educativo un programa para alumnos con altas capacidades

Son niños inteligentes, creativos, muestran grandes inquietudes, ofrecen soluciones sorprendentes ante la resolución de un conflicto y su cociente intelectual es superior a 130. Si bien en la escuela concertada son más frecuentes los programas para atender las necesidades educativas especiales de estos alumnos, en la escuela pública es menos común. El colegio La Corredoria I es el único de la red pública de Oviedo en el que se desarrolla un programa de este tipo. Participan 18 alumnos de 5º y 6º de Primaria y aunque los de altas capacidades tienen preferencia, también tienen cabida los estudiantes con un alto rendimiento académico.

"Somos un colegio en el que atendemos la diversidad del alumnado, de todo tipo. Igual que existen programas para niños con necesidades especiales, pensamos que sería una buena idea implantar un plan para los alumnos con altas capacidades", subraya el director del centro, Pablo de la Puente. La orientadora del centro escolar, Sagrario Fernández, es la coordinadora del programa y la persona que selecciona los alumnos que son aptos para formarse en este programa, denominado "grupo flexible de enriquecimiento instrumental". La encargada de impartirlo es Paz Corral. El programa tiene carácter voluntario y lleva dos cursos en marcha. En cada ejercicio se busca un tema común para trabajar sobre él. Este curso están desarrollando el plan a partir de estudio del Universo, mientras que el año pasado se centraron en el agua.

Por ejemplo, en las sesiones del PEI, las erupciones de volcanes en Marte no se estudian de forma convencional, con un libro de texto. Los alumnos construyen su propio volcán y hacen un experimento hasta que consiguen reproducir el efecto de la montaña arrojando lava por sus laderas. También han recreado el sistema solar, con todos los planetas, que cuelgan de unos hilos en una sala, en modo exposición. La profesora les ha pedido que se imaginen cómo serían los habitantes de cada uno de los planetas de la órbita solar, si hubiera vida allí. Los niños se imaginan seres resplandecientes para compensar la escasez de luz en los planetas más alejados del sol y también con mucho pelo para afrontar el frío.

El programa es uno de los más conocidos entre los destinados al desarrollo de la inteligencia. Lo que se persigue es ayudar a los alumnos de altas capacidades a reestructurar sus procesos cognitivos y a mejorar el potencial de aprendizaje. Algunos de los niños que forman parte del plan se han saltado cursos y otros tienen unos cocientes intelectuales de vértigo. "Son los cerebros del futuro", presumen orgullosos sus profesores en el centro.

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