Héctor Marín no se cansó de remover la mezcla secreta que protagonizó ayer la II Feria de Quesos Artesanos de Asturias, en el Bulevar de la Sidra. El chaval aguantó delante del fuego desde las doce del mediodía hasta las tres de la tarde, en una carpa instalada en Gascona, para que la "fondue" estuviera en su punto, ni espesa, ni líquida. Lo justo para mojar pan y disfrutar de una explosión de sabores. Él y una decena de colaboradores repartieron un millar de raciones en pequeñas cazuelas de barro con doble cuenco a lo largo de una jornada gastronómica bajo el lema "Quiero Ques-arte". No quedó ni una.

La idea de hacer "fondue" partió de los organizadores -la Asociación de Sidrerías de Gascona y la Asociación de Queseros Artesanos del Principado de Asturias- con el objetivo de mostrar la versatilidad de los productos. "Siempre asocié la 'fondue' a Francia y a sus quesos, pero la verdad es que ésta está buenísima", destacó María Ángeles Pérez tras adquirió el producto estrella por cinco euros en cuanto llegó al Bulevar. Es de Murcia y pasa unos días de vacaciones por el norte de España para conocer, entre otras cosas, su gastronomía. A punto de terminar el cuenco, preguntó por los ingredientes, pero se llevó un chasco, como con la fórmula de la Coca-cola. El chef Christian González se limitó a indicar que todos los quesos usados eran asturianos. "Los hay que pegan entre sí y otros que no, es cuestión de probar y dar con la mezcla más rica, pero no quiere decir que los que no use sean peores". El cocinero tenía sobre la mesa una selección de las más de 80 variedades expuestas en la feria y que procedían de 23 queserías artesanas.

El buen tiempo contribuyó a que Gascona estuviera llena de gente y a que los expositores cumplieran, e incluso superaran, sus expectativas de venta. Pascual Cabaño, de la quesería "Rey Silo", llevó tres tipos de Afuega´l Pitu: blanco, rojo y máximo. "En Oviedo la gente se decanta por el blanco, y eso se nota al venir a una feria como ésta". Cabaño, como el resto de queseros, también vendió sus productos a un buen número de turistas que visitaban el centro y el casco urbano.

Pedro del Río, de Madrid, hizo cola pacientemente para probar la "fondue" asturiana con la intención de comprar después algún que otro queso. "Sólo conocía el Cabrales porque lo asociaba a Asturias, igual que la fabada, pero no me imaginaba que aquí había tantos". De Río se llevó su cazuela de barro con pan sin gluten para mojar. La organización tuvo en cuenta las necesidades de los celíacos y repartió este tipo de pan junto con otro de maíz con pipas y un tercero de trigo con pasas y nueces. Al final, en la feria se derritieron 110 kilos de queso para la "fondue".