La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mari Geli Arango

"Mi madre, una gran cocinera, hacía los huevos encapotados como nadie"

"Además de los postres, tengo buena mano para la caza y preparo platos como perdices rellenas, que hice hace poco, o paella de codornices"

Un huevo frito y otro envuelto en bechamel y frito con el rebozado.

Que a la protagonista de hoy le gusta la cocina queda más que claro cuando se le ve preparar un plato que, de sencillo, tiene muy poco y que precisa de tiempo para lograr un buen resultado final. Y es que Mari Geli Arango, vecina de Fuejo en la parroquia de Báscones, en Grado, heredó sin duda alguna la buena mano que su madre tenía para los fogones además de la paciencia que se precisa, en ocasiones, para lograr elaboraciones tan sabrosas como estos "huevos encapotados o sorpresa", que tan bien elaboraba su progenitora y que igual de bien hace ella ahora.

Y es que la elaboración de hoy, aunque parezca fácil, ni mucho menos lo es tanto. No es sencilla, precisa pulso, cuidado y tenacidad para que no rompa la yema, fundamental para el resultado final cuando se corta el huevo encapotado. Cuando se logra este efecto se consigue un sabor rico, sorprendente y sabroso.

Nacida en Berció se traslado a Fuejo tras casarse con Antonio. "Eso si, antes de casarme trabajé como dependienta varios años en telas El Aguila, un comercio muy conocido en Oviedo en su momento que estaba frente Alpelayo, en la calle Uría", recuerda ella. De muy joven aprendió a coser, una de las actividades que domina junto con la cocina, y así recuerda que "para la Comunión de mi nieta Inés yo me hice la falda". Su otra nieta es Laura y ambas son hijas de José Antonio y María. Fue el primero, su hijo, quien la animó a presentar a esta página la receta de los huevos encapotados, sabedor que es un plato poco conocido y al tiempo muy sabroso.

Esta receta y otras las aprendió con su madre, Teresa, a quien recuerda con mucho cariño y de la que afirma que "fue una gran cocinera además de una excelente persona. Era muy buena mujer. Yo la veía como cocinaba e intentaba copiarla. Estuvo bastante tiempo de cocinera en casa de unos señores y este plato de los huevos se lo hacía mucho. Era muy conocida por lo bien que cocinaba, llegó a dar hasta bodas, algunas hasta con cien invitados. También cocinaba para las fiestas del pueblo. Ella me enseñó muchas recetas como la de las rosquillas, los frixuelos o el arroz con leche. También me salen ricas las magdalenas, que le gustan mucho a mis nietas, además de la tarta de Santiago y la de turrón".

Y es que a Mari Geli le gusta cocinar y eso se nota en lo que prepara. "Por ejemplo me gusta mucho preparar caza. El otro día hice unas codornices muy ricas rellenas de champiñones, jamón y cebollina; las envolví en tocino y berza y las cocí con verduras. También tengo cocinado faisán y se me da bien la paella de codornices", afirma.

En cuanto a Grado, dice que una de las actividades que más le gusta es ir al mercado los domingos. "Grado tiene un mercado muy bueno. De niñas bajamos con avellanas, las vendíamos y con lo que nos daban comprábamos otras cosas allí", recuerda.

Compartir el artículo

stats