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Grafitis añejos que no pintan nada en el Antiguo

Vecinos, hosteleros y comerciantes exigen una "intervención integral" para eliminar las pintadas del casco viejo de la ciudad

Una pintada en la calle Canóniga.

Uno de los escaparates de Oviedo, el corazón de la ciudad y principal punto de interés para el turista, lleva años pintado de vandalismo, con aerosoles que se le resisten al actual equipo de Gobierno y que anteriores corporaciones tampoco fueron capaces de borrar. Caminar por el Antiguo es adentrarse en un mar de grafitis con muy poco arte, pasear entre pintadas que manchan y no decoran, garabatos y firmas de autores sin ningún talento que ensucian uno de los barrios emblemáticos de la capital del Principado.

Ahora que el tripartito formado por Somos, IU y PSOE propone hacer de Oviedo la capital asturiana del grafiti, poner en marcha un plan para "renovar la imagen de la ciudad" a través del arte urbano -al estilo de Toronto (Canadá), Vitoria o Barcelona-, los vecinos, comerciantes y hosteleros del casco viejo exigen una "intervención integral" para eliminar las pintadas en su zona antes de fomentar las obras reguladas y elaboradas por profesionales de esta rama del arte.

"Es una imagen penosa para la ciudad. Hay que dar una solución cuanto antes porque llevamos mucho tiempo conviviendo con el problema", asegura Leticia Rodríguez, vecina del barrio. Los actuales responsables municipales aseguran que el Ayuntamiento invierte mucho dinero en retirar las pintadas de las calles de Oviedo. Actualmente hay tres equipos de trabajadores que trabajan diariamente en la limpieza de los grafitis y que suponen un gasto que ronda los 200.000 euros anuales. Aunque ese personal también se encarga de otros menesteres -como la limpieza de los ascensores que hay colocados por la ciudad o de las manchas de aceite de las carreteras cuando se produce alguna avería o accidente- "dedican más de la mitad de su jornada a quitar pintadas", aseguran fuentes municipales consultadas por este diario.

Otro impedimento a la hora de luchar contra las pintadas es que el Ayuntamiento no puede "llegar con la pistola de agua a presión y actuar en cualquier parte". Sobre el papel, el Consistorio sólo puede retirar los grafitis de espacios o edificios públicos, y no de las paredes que pertenecen a comunidades, negocios o particulares, es decir, de las zonas privadas. "Se necesita pedir permiso porque, si al quitar la pintada, estropeas el resto de la pintura o la carga te pueden pedir responsabilidades", señalan las mismas fuentes.

No obstante, en la ordenanza de limpieza actualmente vigente hay un punto que deja claro que "las comunidades de propietarios de los edificios o los propietarios de fincas, viviendas o establecimientos están obligados a mantener limpias las fachadas, los rótulos de numeración de los portales, las medianeras descubiertas, las entradas, las escaleras de acceso y, en general, todas las partes de los inmuebles que sean visibles desde la vía pública". En caso de que no lo hagan, el Ayuntamiento puede "efectuar de forma subsidiaria las obras operaciones de conservación y limpieza, imputando el coste a los propietarios, sin perjuicio de las sanciones a que hubiera lugar". En los últimos meses "no se ha hecho ningún requerimiento" al respecto, informan desde el Consistorio.

Los residentes y trabajadores del Antiguo afirman que las inversiones para retirar las pintadas no se reflejan en las calles del barrio. "Será verdad que se gastan tanto dinero, pero lo harán en otras zonas de la ciudad, porque esto lleva así de sucio muchísimo tiempo", asegura Miro Rodríguez, quien lleva años viviendo en el barrio. Jerónimo González regenta un bar de copas en la zona y sufre las consecuencias del vandalismo. "Me gasto mucho dinero en productos para quitar los grafitis de la fachada, pero al día siguiente vuelven a estar ahí. Aún así hay muchas pintadas que ya son añejas", afirma. "Hay grafitis que son arte, pero estos son obra de sinvergüenzas", recalca el hostelero.

María del Carmen Pando, religiosa dominica, mantiene la misma línea. "La cuestión de fondo es la falta de educación, hay que respetar más la ciudad", sostiene.

El problema de los grafitis no es exclusivo del Antiguo. Los miembros del colectivo vecinal Fegea han presentado recientemente un dossier en el Ayuntamiento con "cientos" de pintadas repartidas por la ciudad con el fin de que el Consistorio intensifique la vigilancia contra los incívicos y adopte "las medidas que sean necesarias".

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