El día en que la ciudad amaneció arcoíris, con los colores de la bandera gay repartidos por distintos puntos del centro, la vicealcaldesa Ana Taboada (Somos) prometió que, en un futuro, hará los trámites necesarios para poner nombres de activistas históricos del colectivo LGTB (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) en varias plazas y calles del municipio. La líder podemista deslizó la idea en medio de su discurso en el Ayuntamiento, que por primera vez en la historia acogió el acto institucional del Día del Orgullo Gay en Asturias, tradicionalmente celebrado en Gijón.

Fue una jornada pacífica cargada de colorido y reivindicación que culminó, por la tarde, con una breve marcha por el centro, desde el Ayuntamiento al paseo de los Álamos. Ayer en Oviedo hubo muchas cosas arcoíris: el famoso calendario del jardín en los Álamos, fotografiado una y otra vez, los troncos de los árboles, las banderas del centenar de personas que secundaron la marcha, camisetas, pulseras, pancartas. Hubo también corazones arcoíris: empezando por los de los representantes de Xega (Xente Gai Astur) y acabando por los de los concejales asistentes de los cinco grupos municipales, dirigentes de otros Ayuntamientos asturianos y diputados de la Junta General del Principado.

Se trataba de dar visibilidad a la causa LGTB. Los representantes de Xega, Yosune Álvarez y Cristian García, aprovecharon para denunciar que el colectivo sigue sufriendo "desprecio", que las agresiones y el acoso escolar "van en aumento", que se necesita trabajar desde la base para "educar en el respeto, las libertades y la diversidad", que necesitan leyes integrales que les permitan "poder ser libres para vivir siendo quienes somos".

El tripartito local (Somos, PSOE e IU) no sólo volvió a colgar la bandera arcoíris en uno de los balcones municipales, como el año pasado, sino que esta vez abrió las puertas del Ayuntamiento para celebrar el acto institucional. Hubo casi una decena de intervenciones, un vídeo recordando la lucha LGTB y una entrega simbólica de premios: el Ladrillo Rosa, que denuncia actitudes homófobas, para el empresario Carlos Zúñiga, por decir que las fiestas del Orgullo Gay "dañaban la vista a los niños". Y el triángulo rosa al Centro Niemeyer por organizar un festival de cine LGTB. También hubo mención especial a Lucía Lietsi, declarada asexual.

El gobierno acudió casi al completo. El alcalde, Wenceslao López (PSOE), aseguró que "la igualdad y la libertad" son valores "que no requieren presupuesto sino voluntad política" y que los actos que impulsa el tripartito son "símbolos de la diversidad" que "no cuestan nada" y " muy necesarios" para que "nadie se quede atrás". El regidor reivindicó "tolerancia y recordó que fue el PSOE quien legalizó en 2005 el matrimonio homosexual tras la "injusta condena" impuesta por el PP al colectivo.

La vicealcaldesa Ana Taboada señaló que Oviedo "es una ciudad que respeta todas las opciones de vida" y que impulsará una política de visibilidad no sólo con los nombres en las plazas y en las calles sino con "campañas publicitarias" y actos para celebrar el 17 de mayo, el día contra la homofobia. Taboada criticó a quienes consideraron "meros gestos" el impulso de actos arcoíris en la ciudad. "Hay que impedir retrocesos", señaló refiriéndose al PP.

Cristina Pontón, de IU, resaltó que el tripartito "siempre" estará con el colectivo desde las instituciones a diferencia de otras opciones políticas que "lo hacen desde la distancia".

Almudena Cueto, directora del Instituto Asturiano de la Mujer, declaró que "nos quedan muchos retos para conseguir que cada uno viva como quiera" porque "seguimos viviendo en una sociedad desigual".

Los asistentes guardaron silencio y pusieron una vela por el atentado en un club gay de Orlando, que dejó decenas de muertos.