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La Ciudad Y Los Días

Las músicas del Bombé

La Banda Ciudad de Oviedo toca los jueves pie a tierra porque las obras del viejo quiosco del Campo San Francisco están paralizadas

Las músicas del Bombé

A las siete y media de la tarde del pasado jueves dieron comienzo los tradicionales bailes veraniegos en el paseo del Bombé a los compases de la Banda de Música Ciudad de Oviedo. La Municipal, para los castizos. Banda que con maestría dirige desde hace años el maestro Francisco Vigil y que ha ofrecido en el mismo lugar los domingos de junio conciertos de música clásica y lírica para melómanos.

La Banda ha tenido que actuar una vez más pie a tierra porque desde hace cuatro años las obras del viejo quiosco ovetense de la música están paralizadas por un quítame allá ese presupuesto. ¿Es que no hay resortes legales y sobre todo voluntad consistorial para resolver el contencioso?... Un amigo quisquilloso me susurraba ayer una supuesta confidencia:

"No te quepa duda: yo creo que por lo menos un tercio del tripartito municipal considera una costumbre burguesa la música en el parque y, más que nada, sus bailongos de veteranos en el Bombé. Tú ponte en lo peor, Como en el caso de las pensiones".

No me lo puedo creer, pero si es así van a tener alguna razón en lo puramente humano porque un ejercicio de desapasionada observación nos revelaría sin duda que la mayoría de los danzantes de hoy son aproximadamente los mismos de hace más de medio siglo. Supervivientes, en definitiva.

Pero sin duda con una intencionalidad coreográfica mucho menos apasionada por la inevitable serenidad psicosomática que otorga la vetustez. No tendría mucho sentido, por ejemplo, que diéramos brincos bailando aquello de "La raspa con su son / será nuestra diversión. / Y así lo mismo da / que pierdas la seriedad".

¡Dios mío, con los escrúpulos de conciencia que tuvimos algunos chavales de antaño por el antiguo rigorismo de nuestros mayores recuperado por las sucesos de los años treinta! Si el baile "agarrao" pudo constituir entonces ocasión de picardía o transgresión, como en el chotis del Cipriano que cantaba Nati Mistral, dependería de las intenciones y circunstancias de los bailarines. Pero no nos pongamos demasiado solemnes juzgando el ayer con criterios de hoy.

Hemos de recordar que en aquel entonces había en Oviedo nada menos que tres bandas de música, y de notable calidad: la del Regimiento de Milán, la del Hospicio y la Municipal, antecedente esta última -que parece olvidado en los anales oficiales- de la formada de nuevo en 1992. Es de justicia recordarlo así. Si la memoria no es infiel a este periodista, todas ellas vigentes y actuantes en los tiempos aurorales del Día de América en Asturias que, como se sabe, empezó a celebrarse en septiembre de 1950.

En fin, si los temores del confidente a que aludo más arriba tuvieran algunos visos de realidad, pensaríamos que por eso no se arregla el quiosco del Bombé. Seguro que no es así. Si nos quitan las pensiones, que al menos dejen las músicas.

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