Francisco Javier Delgado Palomar (Madrid, 1975) leyó ayer en el departamento de Filosofía del campus del Milán su tesis doctoral: "La filosofía crítica de Jaime Balmes", que fue dirigida por Gustavo Bueno Sánchez. La nota que sacó fue la máxima, sobresaliente, y dentro de unas semanas se sabrá si es también cum laude.

Jaime Balmes (1810-1848) fue un filósofo que se propuso realizar una filosofía española a partir de una crítica rigurosa a las versiones más extremas del empirismo, del sensualismo e, incluso, del idealismo, y mediante la renovación y actualización de la escolástica.

¿Por qué tratar ahora, desde el siglo XXI, un autor como Jaime Balmes y una filosofía que la mayoría tiene por algo pasado de moda, cuando no simplemente olvidado o ignorado, a pesar de que en el pasado tuvo una amplísima influencia en España y fuera de ella? El nuevo doctor, una vez finalizó la exposición de su tesis, lo justificó así: "La cuestión era mostrar la magnitud del filósofo, que es más importante de lo que se piensa hoy en día. Además, su visión viene mediatizada por las opiniones despreciativas que de su figura vertieron Ortega y Unamuno", explicó Delgado Palomar.

Siguiendo este hilo conductor añadió que "muchos filósofos han seguido estas indicaciones sin leer de verdad a Balmes, y no comprendiendo, por lo tanto, la importancia que tiene el primer filósofo moderno de la nación española".

Por eso, Delgado Palomar quiso "restaurar su figura" en la singular tesis doctoral, "pero por primera vez desde las coordenadas filosóficas que aporta Gustavo Bueno desde el materialismo, y no desde la religión o el laicismo", continuó explicando para después añadir que "con esta tesis aporto claridad sobre su figura, que está en la base de toda la filosofía española posterior".

A juicio del autor de la tesis doctoral, la filosofía de Jaime Balmes "tiene una influencia más importante de la que se ha considerado desde que empezó la democracia en nuestro país, a partir de la cual se optó por preferir otras figuras de la filosofía española".

¿Por qué? La respuesta no se hizo esperar. "Durante el franquismo estaba más conectada con la realidad social de entonces, ya que con sus posiciones quería una mejora de todas las capas de la sociedad, incluyendo a los pobres, pero sostenía que debía de hacerse desde el poder; bien fuera la Corona, el Parlamento o la Iglesia, pero no desde una revolución socialista o comunista".

Francisco Javier Delgado ofreció en esta tesis las líneas principales desde las cuales la figura y la filosofía de Jaime Balmes puede ser entendidas hoy, en el siglo XXI, desde la plataforma del materialismo filosófico.

Gustavo Bueno Sánchez, director de la tesis doctoral, por su parte, definió a Balmes como "una figura de primera línea de la filosofía en lengua española, y aunque lo reivindiquen los catalanes no escribía en esa lengua porque no la consideraba digna en aquel momento".

De Balmes dijo también que es un autor difícil de catalogar, porque vivió en la primera mitad del siglo XIX y murió cuando no está claro el positivismo y el desarrollo de la ciencia. "Y él es un adelantado, porque recibe e incorpora críticamente todos los avances de la ciencia de su momento, pero sin estar en posiciones escolásticas. De ahí viene su dificultad".

Y es que Balmes era sacerdote y defendía el carlismo, por eso muchos lo consideraban un conservador. "Pero nosotros lo interpretamos como un representante de la derecha primaria, no carlista, sino de una derecha socialista, partidario de incorporar el socialismo a la Iglesia; por eso fue tan difícil de interpretar", explicó Bueno Sánchez.