La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pasando consulta

Las heridas, un grave riesgo

Las inspecciones periódicas y la higiene son las mejores herramientas para evitar complicaciones, advierten los especialistas

El envejecimiento de la población tiene en los enfermos pluripatológicos uno de sus rasgos más característicos. Se trata de pacientes de avanzada edad, que presentan varias enfermedades, entre las que, en muchos casos, se encuentran patologías relacionadas con el riesgo cardiovascular: diabetes, hipertensión, isquemia. En estos casos, es imprescindible extremar las precauciones ante la aparición de heridas y úlceras que, de no ser tratadas a tiempo, pueden provocar daños importantes.

Realizar inspecciones exhaustivas y cuidar la higiene son los mecanismos de defensa ante este tipo de problemas, que, de producirse, deben ser inmediatamente informados a los profesionales sanitarios. Así lo recomienda Elena Rozado, enfermera supervisora de la unidad de hospitalización de Medicina Interna y experta en cuidados y curas de heridas crónicas. "Cierta población de algunas áreas de Asturias presenta mucha patología y mediación acumulada, lo que provoca que haya pacientes muy dependientes en domicilio e ingresados, por lo que este es un problema común", explica Rozado.

Este tipo de personas son susceptibles de sufrir heridas, que se van cronificando. "Hablamos en concreto de heridas de origen vascular, con la gravedad añadida de la diabetes e hipertensión que muchos presentan.

La diabetes, en concreto, es la gran enfermedad silenciosa, que es además muy dañina", señala la sanitaria. Estas heridas aparecen, sobre todo, en las piernas y dedos de los pies, en los pliegues de la piel.

Las úlceras, que pueden producirse por humedad o presión, son comunes en pacientes encamados, con poca movilidad. "Son pacientes que además suelen presentar desnutrición, con un déficit de proteínas", incide Rozado. El mejor método para combatir las heridas, recalca la experta, es la prevención. La higiene y la inspección diaria de la piel del paciente, junto con la hidratación, son esenciales para evitar llegar a desarrollar problemas cutáneos. "Es recomendable aprovechar el momento de la higiene para llevar a cabo una inspección rigurosa de los puntos de apoyo, de los pliegues cutáneos, como quien hace un escáner", reseña Rozado, que también aconseja "proteger los puntos de apoyo, los que soportan todo el peso del cuerpo", sobre todo en el caso de aquellos que tienen una movilidad reducida.

La señal de alerta suele venir dada por un mínimo enrojecimiento de la zona conflictiva de la piel, "y a partir de ahí, en 48 horas hay una herida", que puede resultar más grave de lo que parecería en un principio, indica la experta.

Aunque parezca increíble, una mínima herida "puede llevar a perder una pierna, no se trata de ninguna broma", advierte la enfermera. Por eso es preciso que, en el momento en que se descubra la lesión, los profesionales de atención primaria sean informados del estado del paciente.

"Lo recomendable es informar a los profesionales, no aplicar cualquier remedio o ungüento", dice Rozado. También recomienda mantener al paciente hidratado con la ingesta de agua y zumos, una dieta equilibrada en la que estén presentes las proteínas y ofrecer una educación adecuada a los cuidadores, un aspecto que "cubre perfectamente el sistema", y así poder tratar de forma más adecuada a las personas dependientes.

Compartir el artículo

stats