Todo lo anterior es solo el caso práctico de lo que hay en el edificio de la plaza de la Constitución. Mandan tres grupos políticos que no hablan de política. Tratan cada semana como burócratas en la junta de gobierno, convertidos en especialistas del contrato público, de la licitación y el concurso, pero alejados de la negociación. En el desorden, Somos viaja cómodamente e IU pierde los nervios. La coalición ha pedido al alcalde que tome las riendas y pare los pies a los podemistas. Pero Wenceslao López les deja hacer y no debería ser por miedo a los problemas, pues IU, en voz baja pero con el apretón de manos por delante, le ha ofrecido más de una vez su apoyo si las cosas se ponen feas con los de Ana Taboada. Pero Wenceslao López nunca ha ido a la confrontación en este primer año de gobierno y será complicado que la busque ahora que tiene al Oviedo muy cerca de ayudarle a salvar El Asturcón. Eso sí, como dijo Ana Rivas para aclarar todo, "cuando haya algo que anunciar saldremos juntos el Oviedo y el Ayuntamiento a contarlo". Que tome nota Villacampa.