"La formación profesional esta denostada en España" denunciaba Manuel Huerta, uno de los integrantes de la generación de 1966 de la Escuela de Aprendices de Trubia, durante la conmemoración en el día de ayer de su 50.º aniversario. "Si la industria ha ido en decadencia, la formación también, aun siendo fundamental para la economía del país" añadía Manuel. " parece que hoy en día solo vale estudiar una carrera" señalaba José Ángel García, otro de los integrantes de esta generación.

Además de reivindicar la importancia de los oficios, los veteranos industriales celebraron una serie de actos, encabezados por la misa en honor a los miembros de la generación que han fallecido. Faltan ocho, y de ellos cinco fallecieron en accidentes laborales", recuerda emocionado Manuel Huerta.

Esta reunión de exalumnos, sirvió para que muchos de los trabajadores que se habían dispersado por todo el mundo volvieran a reencontrarse y compartiesen confidencias. "Hay que recordar que la escuela de Trubia es la segunda... o la primera, no se sabe con precisión, más antigua de Europa. Por eso nutría de trabajadores a Ensidesa, y otras compañías nacionales e internacionales", apuntaba José Ángel García.

Uno de los emigrantes trubiecos es Horacio Nava, "Yo trabajaba en la Fábrica de Armas, y conocí a mi futura esposa aquí en Trubia. Ella vivía con sus padres en México, así que pedí una excedencia de cinco años y me fui", narraba. Tras esto le fue imposible volver, al no aceptar la Fábrica de Armas su regreso.

"Otros tras acabar en la escuela estudiaron para perito, lo que ahora es ingeniero técnico, o para entrar en el ejercito, y posteriormente irse de Asturias" señalaba Manuel Huerta. Por ello se mostraban entusiasmados con esta reunión. "Hace 25 años conmemoramos aquí las bodas de plata, esperemos juntarnos dentro de otro cuarto de siglo para celebrar los 75 años", afirmaba José Ángel García.

A mediados del siglo pasado Asturias se distinguía como una de las regiones industriales pioneras de España, y fueron muchos los que acudieron a escuelas como la de Trubia o Ensidesa, en Avilés, a formarse. Tras el cierre de la Fábrica de Armas y de la Escuela de Aprendices de Ensidesa, la formación profesional en las empresas inició un fuerte declive en Asturias, al igual que en el resto del país.