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"Me pasé todo el viaje pensando en el cachopo", dice el madrileño Carlos Rivera

Carmen Jiménez y Carlos Rivera, en la plaza de la Escandalera. MARÍA GÓMEZ

Muchos madrileños -al igual que otros habitantes de las grandes ciudades del país- deciden cambiar el angustioso ritmo de la capital de España por la tranquilidad de Oviedo. Ese es el caso de Carmen Jiménez y Carlos Rivera, que también buscan "huir del asfixiante calor" que reina en Madrid por estas fechas.

"Aquí el ritmo es mucho más lento, más pausado", dice Carmen Jiménez sobre el día a día ovetense. Frente al bullicio de Madrid, el matrimonio prefiere poder pasear "con calma" por el centro y ver los monumentos "sin tanto barullo". Además, insisten en la comodidad de Oviedo a la hora de hacer cualquier desplazamiento. "En Madrid tienes que coger el metro, el coche o el autobús para ir casi cualquier sitio, pero aquí puedes llegar caminando a donde quieras", explica Carlos Rivera.

El clima es otro de los factores que los animan a conocer la ciudad. "No hace ni la mitad del calor que en Madrid", dicen entre risas. Si el tiempo no les acompaña, dedican su día "a ver museos y exposiciones", pero quieren aprovechar los días soleados para ir a la playa en Gijón. En ese sentido, destacan la "buena situación" de Oviedo. "Está cerca de todo", subraya Carlos Rivera. La gastronomía es otro de los puntos fuertes de Oviedo. "Me pasé todo el viaje pensando en probar el cachopo", bromea Carlos Rivera, que asegura que aprovechará su estancia en Oviedo para comerse "más de uno".

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