El precio de la agresión a una vigilante de seguridad de la estación de autobuses de Oviedo, un correctivo de 120 euros, indignó ayer amargamente a la afectada y a los sindicatos que representan a los trabajadores de la seguridad privada. El agresor de María Antonia Celadilla, que la emprendió a patadas y puñetazos contra ella en la madrugada del domingo, fue sancionado ayer en un juicio rápido con una multa de cuatro euros al día durante un mes, que UGT considera "vergonzosa", que hace que la víctima sienta "indignación" e "impotencia" ante la constatación de que "hoy en día sale muy barato agredir a una persona".

Los sindicatos utilizaron el desenlace del incidente para denunciar las condiciones de trabajo de los guardas en determinados momentos y lugares de especial conflictividad como las noches veraniegas en la terminal de autocares ovetense. El secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de UGT, Fermín de Con, exigió a la dirección de la estación un refuerzo de la dotación de seguridad en la instalación. El dirigente sindical acude para sustentar su demanda a una resolución en la que la Delegación del Gobierno, a instancias de una denuncia de UGT, recomienda un incremento de los efectivos de vigilancia -actualmente de un solo guarda por turno- "en determinadas fechas y horarios, especialmente en fines de semana, fiestas locales y sobre todo coincidiendo con los horarios de los autobuses nocturnos denominados 'búhos'". La vigilante agredida trabajaba, en efecto, sola en el momento de la agresión, poco antes de las cinco y media de la madrugada del domingo, y también ella denunció sus condiciones de trabajo, la inseguridad de unos agentes que se sienten "vendidos" en determinadas circunstancias particularmente conflictivas del servicio.

UGT lamenta que la dirección de la estación haya hecho "oídos sordos" a esas sugerencias y le advierte de que el sindicato no descarta emprender "medidas de protesta" si "incumple sus obligaciones" de mejorar las condiciones de seguridad de la instalación al menos en los momentos de más alto riesgo para los trabajadores y los usuarios. En una línea argumentativa similar, CC OO denunció en un comunicado la situación de "permanente vulnerabilidad" en la que se ven obligados a trabajar los empleados de seguridad en la estación de autobuses de Oviedo. La dotación actual del servicio, con el mismo agente patrullando en solitario en los momentos de picos de actividad en la instalación, "no garantiza las condiciones de seguridad del recinto", asegura la organización.

María Antonia Celadilla sufrió el ataque después de llamar la atención reiteradamente a un individuo que traspasó en dos ocasiones las cintas de una zona de las dársenas acotada para la salida de los "búhos". El hombre le propinó puñetazos en la cara y en la cabeza, siguió dándole patadas cuando de resultas de la embestida cayó al suelo y sólo huyó del lugar cuando los pasajeros que acababan de bajarse de un autobús le recriminaron su actitud. Instantes después, el agresor fue localizado por una dotación de la Policía Nacional en la calle Fray Ceferino de Oviedo, detenido y acusado de robo con violencia, según fuentes policiales porque en su fuga se llevó además el teléfono móvil de la agente.