"Mi sobrino está muy bien, ahora sólo queremos que nos lo entreguen lo más rápido posible y llevarlo con nosotros. El niño se va a quedar a vivir conmigo o con mis padres, según decida el juez, pero lo que está muy claro es que a partir de ahora será como mi hijo". El hermano de Karla Belén Pérez Morales, la ovetense de origen ecuatoriano que murió estrangulada a manos de su expareja en el entorno de una playa de Melilla, se encontraba ayer en la ciudad autónoma tratando de ponerle un mínimo de cordura a una situación que está volviendo loca a la familia de la joven asesinada. Gabriel Pérez, que actualmente reside en Córdoba, fue el primero en llegar a Melilla y por lo tanto el encargado de reconocer el cuerpo sin vida de su hermana, de 22 años. Después le tocó ir a ver al niño, su sobrino de menos de un año, que espera en brazos de los servicios sociales a que la burocracia le permita regresar con su familia materna. Otro palo. "Estamos esperando a que los juzgados de Melilla y de Oviedo se pongan de acuerdo. Confiamos en que se dicte una medida preventiva y que el niño pueda estar con nosotros", explica Gabriel Pérez.

Eso "sería lo más lógico", agilizar los trámites para que el hijo de la fallecida vuelva con su hermano o con sus padres, mantiene el Fiscal de Menores del Principado de Asturias, Jorge Fernández Caldevilla. No obstante, según recoge la ley y explica Caldevilla, "con un niño menor de tres años, las medidas tienen que tomarse antes de tres meses, aunque ese tiempo puede ser prorrogable en casos justificados". Según las fuentes jurídicas consultadas, lo más probable es que eso no ocurra. Lo normal sería que se dicte cuanto antes una medida provisional para que el bebé esté con sus familiares hasta que, más adelante, se decida sobre quién de ellos va a recaer la patria potestad. Las mismas fuentes señalan que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Melilla ya ha puesto el caso en manos del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer de Oviedo y que los trámites se están llevando a cabo con la máxima celeridad. "Me consta que ya se están moviendo para que las cosas vayan rápido", señalan fuentes conocedoras del caso.

La llegada los padres de Karla Belén Pérez Morales desde Ecuador estaba prevista para el martes por la noche, pero a media tarde de ayer aún no habían llegado. Ya saben desde el domingo que el marroquí Abdelwahid Aghbalou se llevó por delante la vida de su hija, pero los viajes internacionales no son fáciles si no se cuenta con recursos económicos suficientes. "Están destrozados, como lo estamos todos. Esto ha sido horrible", mantiene Gabriel Pérez.

Por el momento, el asesino confeso de la ovetense con raíces ecuatorianas sigue en la cárcel de Melilla, donde fue enviado por el juez tras confesar que había matado a Karla, que la había asfixiado en presencia del hijo de ambos en un aparcamiento de la playa de La Hípica, junto a unas casetas, después de una discusión acalorada. Probablemente se enfadó cuando ella le dijo que tenía previsto irse a Ecuador con el niño hasta que tuviese edad para volver a Oviedo y empezar al colegio. Quizá le molestó que le espetase que no quería volver con él, que sólo había accedido a acudir a la cita en Melilla porque no deseaba que su niño perdiera el contacto con él y con su familia, a pesar de que la relación entre ambos estaba rota. Abdelwahid Aghbalou sigue entre rejas en Melilla y en su momento será trasladado a Oviedo, donde está previsto que se celebre el juicio.

Los familiares de Karla -que residía en un piso de la calle Fernández de Oviedo, en el barrio de Ciudad Naranco- están en trámites para que la joven asesinada, la tercera asturiana que muere en lo que va de año a consecuencia de la violencia machista, pueda descansar en paz. "Su cuerpo será incinerado en Melilla y después trasladaremos las cenizas", señala su hermano, que está recibiendo "un gran apoyo" por parte de las instituciones".