La Presidencia del Gobierno, dadas las circunstancias de constante aumento de costes en toda clase de transportes, tanto en lo referente a la correspondencia como a las mercancías, ha procedido al reajuste de precios en los servicios postales. Los precios han sido fijados de esta forma para el territorio nacional:

Para las cartas, hasta cien gramos, 1,50 pesetas; cada veinticinco gramos más o fracción, una peseta más. Impresos, hasta 50 gramos, cuarenta céntimos; fracciones sucesivas, veinte céntimos.