Recién llegado a la Alcaldía, Wenceslao López creyó que lo mejor para una de sus primeras decisiones era demostrar que llegaba para escuchar a los vecinos. Por eso, a finales de junio del año pasado, solo dos semanas después de su toma de posesión, decidió detener las obras de ampliación de la Senda Verde, el túnel entre Otero y Santo Domingo y el Parque de Invierno que unirá bajo tierra una zona muy poblada de la ciudad con uno de sus pulmones verdes. El socialista hizo caso a las protestas de una comunidad de la calle Asensio Bretones: cortó por lo sano un paso que transitaba a unos pocos centímetros del portal y también ante la salida de su garaje. Unos días después, paseó por el lugar junto al concejal de Seguridad, Ricardo Fernández, con la edil de Infraestructuras, Ana Rivas, y con el ingeniero municipal Gregorio Abril. Allí se fraguó el trazo grueso de un nuevo recorrido, las líneas maestras de lo que sería una modificación del proyecto que había dejado el PP en el mandato anterior. Y quedó sembrado el caldo de cultivo para un colosal retraso de más de un año y medio. El resultado es que el túnel luce terminado y listo para su apertura, perfectamente enrejado, pero a falta de que las modificaciones del Ayuntamiento consigan el visto bueno de los técnicos.
Un sueño imposible
Una obra de solo 38.000 euros tiene parado un proyecto de casi 700.000. Una obra de solo 38.000 euros tiene a más de 15.000 vecinos privados de una comunicación rápida y sencilla con el Parque de Invierno. Sus zonas verdes, su espacio para una vida sana aparecen tras una reja, al final de ese pasillo subterráneo convertido de momento en sueño imposible porque la realidad es una jungla de asfalto, carriles encadenados y rotondas.
Son los vecinos de San Lázaro, Otero y Santo Domingo sufridores de la Ronda Sur, que ni es ronda ni es calle, pero les parte por la mitad y les separa de un paseo cómodo hacia el centro. Soñaron con una losa para tapar el tráfico pero la crisis se llevó por delante la ilusión. Ahora que aparecía el túnel como un pequeño consuelo, el papeleo y la burocracia les impide disfrutarlo.
Reposa sobre la espalda de Ana Rivas, titular de Infraestructuras y también segunda teniente de Alcalde, la responsabilidad sobre la apertura del túnel. Dice que el proceso es complejo. En las correcciones que le han hecho al PP aparece un paso peatonal perforando uno de los apoyos laterales del puente que la une Otero y Santo Domingo sobre la Ronda Sur, el refuerzo del puente y una rampa provisional para peatones mientras duren los trabajos. Pero no acaba de salir adelante. La edil ha reclamado celeridad sin conseguirla y unos trabajos que no llevarán más de tres semanas acumulan retraso en los despachos donde se ponen los sellos y autorizan las obras.
Como en La Florida
El asunto ya crea dudas en algún socio de los socialistas, con Rivas en el punto de mira. Al Ayuntamiento de Oviedo le falta un órgano que aceleraría mucho estas cosas. Ya al puente de La Florida le pasó algo parecido al cambiar el estanque bajo la carretera por un aparcamiento. Es habitual en los ayuntamientos montar una especie de comisión de altos funcionarios y políticos. Allí, los jefes de servicio saben dónde hay que apurar y dónde se puede aflojar la presión. Y los trabajos pendientes aparecen cada semana sobre la mesa. No hay trampa ni cartón. El tripartito de Oviedo no ha sido capaz de organizar este tipo de cuestiones y acaba cayendo en números de sonrojo. Como un porcentaje, el 11%, que es el nivel de ejecución presupuestaria alcanzado en cuanto a obras previstas en el municipio. A estas alturas del año es un balance pobre, calculan en los despachos del tripartito. A la titular de Infraestructuras le achacan en una de las esquinas del gobierno local falta de claridad y escaso espíritu de cooperación al afrontar situaciones importantes para la ciudad relacionadas con su área.
