Por taquilla precisamente no pasó nadie ayer, pues los domingos no son días de visitas, aunque algunos turistas aprovechan para echar un vistazo durante la apertura para el culto, como el canario Julio Peñate. "Quien va a Santiago y no ve al Salvador, visita a su criado, pero no a su señor". El turista canario hizo gala de su conocimiento con recurriendo a la clásica frase que durante siglos defendió el desvío del Camino desde León hasta Oviedo para visitar las reliquias de la Cámara Santa. "Ya conocíamos la Catedral porque mi padre era asturiano, pero hemos querido volver porque nos gusta mucho su estilo gótico", añadió Ana Alonso, su mujer, una leonesa que reside junto a Peñate en Suiza.

Con la intención de visitar la basílica de San Salvador, les acompañaban Begoña Sarmiento y Paulino Fernández, una canaria y un allerano afincado en Tenerife que cada año rinde visita a su región. La entrada a la Catedral era una parada "deseada", que, sin embargo, no pudo cumplirse totalmente. "Hemos podido ver al Salvador, pero nos da pena que la Cámara Santa estuviera cerrada", lamentó Sarmiento.

Una sensación parecida experimentaron los burgaleses Jesús Matías y Susana Nieto, que observaban con cierto estupor cómo el acceso no era ayer posible. "Nos sorprende que sea precisamente en domingo, día de descanso para mucha gente, cuando la Catedral eche el cierre", apuntó Matías. Con ellos viajaban sus sobrinos Ana Medina y Jesús Rodríguez. Este último era precisamente la razón de su estancia en la ciudad, donde residirá el próximo año para preparar el examen del MIR. Por ello, es también el más afortunado a la hora de cumplir con su interés por visitar la Cámara Santa. "Seguro que tendré tiempo para visitarla cuando venga el próximo año", aseguró.

La Catedral permanecerá cerrada al público cada domingo hasta el 25 de diciembre. Por tanto, con las mismas ganas de visitarla se quedaron los madrileños Sergio Berlanga y Leticia Fernández, que decidieron parar en Oviedo tras pasar unos días en Ribadesella realizando el descenso. Teniendo que conformarse con disfrutar de su exterior gótico, bajo el sol que ayer iluminaba la Catedral, conversaban para decidir hacia dónde dirigirse. El buen tiempo fue un gran aliado para conformar la imagen que la Catedral dejaría en los turistas que ayer se acercaron a la Plaza. "El color de su fachada, iluminada por el sol, me recuerda a la piedra típica en la isla de Malta; me resulta paradójico que la Catedral de la región situada más al norte de España me remita al sur de Europa", reflexionó Peñate.