"En Nueva York, Cleveland y Jacksonville se han producido desórdenes raciales de cierta gravedad durante la última noche. En Jacksonville, grupos de negros arrojaron piedras y otros objetos contra los blancos cuando regresaban de una manifestación ante el Ayuntamiento, en el curso de la cual hicieron patentes sus quejas: más policías negros, fin de la discriminación en lo relativo al alquiler de casas y reapertura de las piscinas municipales, que han sido cerradas por dos años para que no las utilizasen los negros".