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Del Greco a Sorolla, un deleite para los sentidos

El Museo de Bellas Artes organiza visitas guiadas gratuitas durante el verano para conocer en detalle sus obras maestras

Sobre estas líneas, a la izquierda, los visitantes, atentos a la explicación sobre el lienzo "Baco niño", de Ignacio Pinazo. A la derecha, una vista del grupo, con una de las esculturas del museo en primer término. IRMA COLLÍN

De las influencias rafaelistas apreciables en "La Anunciación" de Juan Correa de Vivar, al realismo en la pintura del valenciano Joaquín Sorolla. Por el camino, un estudio de los pormenores de obras que retrotraen al espectador a lo más preciado del Siglo de Oro español de la mano de retratos realizados por Carreño Miranda o Goya.

Esto es de lo que disfrutaron algunos de los visitantes del Museo de Bellas Artes que asistieron ayer por la mañana a un tour guiado por el Palacio de Velarde (con entrada por la calle Santa Ana). En "viaje" sirvió para deleitar sus sentidos y conocer más en profundidad el estilo, los detalles y el contexto histórico en que fueron pintadas las obras maestras que aloja el Bellas Artes.

El recorrido, con una duración aproximada de una hora, se inicia en la primera planta de la galería, donde se encuentran las pinturas pertenecientes a los estilos gótico y renacentista. Los visitantes tuvieron ocasión de detenerse ante los doce lienzos que componen "El Apostolado" del Greco, uno de los tres únicos que se conservan completos, según pudieron conocer durante la visita guiada. Los otros dos se encuentran en Toledo: en la casa-museo del artista y en la Catedral.

Un poco más avanzada la hora, el tiempo se detuvo ante el retrato de "Carlos II a los diez años", del asturiano Carreño Miranda, con influencias de Velázquez apreciables en algunos motivos del cuadro que los visitantes pudieron descubrir. Asimismo, los asistentes conocieron la obra de Zurbarán "Cristo muerto en la cruz", que se diferencia de otros retratos por yacer ya sin vida y por su realización realista, que permite apreciar con nitidez detalles como el ribeteado del paño blanco que le cubre.

Ya en la planta segunda, dedicada a las obras del siglo XVIII, fue el turno para artistas como Francisco de Goya. En concreto, el Palacio de Velarde alberga uno de los primeros cuadros del pintor de Fuendetodos (Zaragoza): un lienzo de estilo neoclásico que inmortaliza al gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos.

Más adelante, llegó el momento para el arte de Gerardo Pérez Villaamil, a través de una pintura de la cueva de Covadonga, en un estilo romanticista aún alejado del realismo que vendría después. De hecho, según escucharon los visitantes ayer, las obras de este artista se caracterizan por "una representación real bajo una perspectiva pintoresca".

El paseo por el Museo finalizó en el claustro, donde los asistentes tuvieron opción para alargar la visita por libre. Algo que supone un valor añadido para aquellos a quienes, como a la toledana Ana González, la visita se les pasó volando. "Me ha gustado, pero habría querido que incluyera explicaciones sobre más cuadros", comentó. Junto a ella, Victoria López premió la iniciativa por lo "interesante de conocer más las obras, además de verlas".

Las visitas se enmarcan dentro de las actividades que el Museo de Bellas Artes ha previsto para este verano. Al igual que en el Palacio de Velarde, también se organizan tours guiados para conocer las obras más señaladas de sus otros dos edificios: la Casa de Oviedo-Portal y la ampliación. Todas ellas tendrán lugar a las 12.00 horas, los miércoles en el caso de la Casa de Oviedo-Portal y los jueves en el edificio de la ampliación.

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