El exjefe de la Policía Local de Oviedo, Agustín de Luis, lleva días siguiendo desde su casa de Salinas, donde ayer recibió a LA NUEVA ESPAÑA, su "busca y captura" para entrar en la cárcel de Villabona para cumplir una pena de 2 años y 7 meses tras paralizar un atestado de tráfico contra un conductor ebrio. De Luis se compromete a acudir hoy a Villabona.

-Se ha convertido en el prófugo número uno de la región.

-Pues efectivamente. Soy el apestado de toda la región y de toda España. Hay gente importante que también lo ha sido, como el Cid, ese gran arquetipo español del héroe medieval, o un tal Jovellanos. Después de tantos años sufro eso de "qué gran vasallo si hubiera gran señor".

-¿Entonces se ve injustamente acusado como lo fueron el Cid y Jovellanos?

-Son dos personajes de una talla enorme con los que no puedo compararme, pero sí, me siento injustamente acusado. En ningún momento ha habido para mí presunción de inocencia. Un sindicato presentó la denuncia basada en un atestado policial sustraído por un agente local, al que no le ha pasado nada, y me aplican a mí una aberración jurídica enorme. No cometí ningún error, lo único que hice fue tratar de salvar la cara a varios de mis agentes

-Está condenado por frenar una denuncia contra un conductor que atropelló a un peatón bajo los efectos del alcohol.

-No hubo accidente alguno, únicamente fue un incidente de tráfico. No se causó ningún prejuicio ni lesión. Tampoco paralicé ningún atestado. Lo único que hice fue tratar de evitar que cuatro agentes entraran en la cárcel por un atestado que presentaba sesenta irregularidades: era la antología del disparate.

-Aseguran que el conductor es amigo suyo.

-En absoluto. Me enteré de su situación por un amigo mío, el que por cierto ha sido condenado por tres alcoholemias y no interviene para ayudarle. Nunca he ocultado un atestado.

-Dice estar indignado con la instrucción del caso y la sentencia de la Audiencia.

-Iba a representarme en el juicio yo mismo. Pero renuncié a ello después de escuchar a tanto falsario, a tanto policía mentiroso. Pero sobre todo cuando me entero camino del juicio quien es la presidenta del tribunal: la exmujer de un juez que me condenó a pagar una multa injustamente en Gijón hace 25 o 26 años por un asunto de tráfico. Y para rematar la faena la jueza instructora es su amiga. Y encima por colaborar con la justicia acabé sometido a un interrogatorio de tercer grado. Tenía que haberlas recusado a las dos y no haber prestado declaración. Todo esto me pasa por haber dado la cara.

-¿Pero qué problema tuvo con las magistradas?

-Una de ellas asegura que tiene la convicción moral de que cada vez que su marido venía a Oviedo (el juez que lo condenó en Gijón) la grúa le llevaba el coche por orden mía por aquello que sucedió. Esta es la que me juzga en la Audiencia... ¡fíjese que imparcialidad puede tener! Más tarde, hace unos diez años, tuve con él un incidente grave en Ciudadela (Menorca). Me tuve que ir al día siguiente.

-¿Cree que está sufriendo una persecución del estamento judicial?

-Sin ninguna duda. Se han vulnerado mis garantías constitucionales totalmente. He sufrido indefensión por culpa de este trío judicial. Esto ha sido un "juricidio". ¿Qué quieren con todo esto, tapar el "caso Marea"?

-La acusación es muy fuerte.

-Voy a ir con todas las consecuencias y estudiar todas las acciones que podamos emprender contra las dos juezas porque todo lo que me está ocurriendo es una cuestión de odio y venganza por su parte. Que se querellen y que me condenen a cadena perpetua. También demandaré a dos policías traidores por negligentes y vagos. No sólo mintieron (en el juicio) si no que vulneraron múltiples derechos del detenido.

-Además considera que hay una falta de lealtad de algunos de los que fueron sus subordinados en la Policía Local.

-Por supuesto. Por eso en mi alegato final en el juicio hablé de los apóstoles y de la traición a Cristo.

-Y a todo esto se planta el domingo en Villabona para cumplir la condena.

-Desde que me jubilé no leo la prensa. Me he dedicado a estudiar inglés y alemán. Todo el mundo me ve por Salinas paseando con la revista de Vaughan. Me llamó mi abogado diciendo que la prensa publicaba que estaba huido de la justicia. Y le dije: "¡Coño, pues vamos pa´llá!". Me quedé en la parte de abajo con mi coche (se refiere a la cárcel de Villabona) y la maleta que había preparado mientras mi abogado hacía las gestiones para mi ingreso. Pero no hubo manera.

-La Audiencia desmiente que acudiera a Villabona.

-Mi abogado tiene pruebas suficientes para acreditar que estuvimos allí.

-¿Qué ha hecho estos días?

-De Villabona fui a pasear por Oviedo, y al día siguiente y hasta ayer por la noche (por el martes) estuve en Madrid arreglando unos papeles de Hacienda. No he estado escondido (de la Policía) en ningún momento.

-¿No tiene ninguna notificación para ingresar en la cárcel?

-Cuando volví a Salinas había un papel de la Guardia Civil instándome a que me pusiera en contacto con ellos. Y lo primero que hice esta mañana (por la de ayer) fue llamar a la Guardia Civil. Me presentaré mañana (por hoy) en la cárcel. Tenía pensado hacerlo hoy (por ayer) pero ya no me da tiempo.

-Pues aparcado a pocos metros de su portal hay un coche de la brigada judicial de la Guardia Civil. ¿Qué le parece la situación?

-¡Por favor! Si he hablado con ellos. Es un caso insólito. Para que se vea si hay o no persecución. Jesucristo está a punto de descolgarse del madero y tirarse a la yugular de alguien ante tanta injusticia. Estoy sufriendo el mismo linchamiento que ya sufrieron los hermanos Secades (dos mandos de la Policía Local) por el tema de la sargento Mercedes.

-La Policía dice que no contesta a sus llamadas ni abre la puerta cuando le pican.

-Es una mentira como una catedral. Ahí está la intencionalidad de ese personaje (se refiere a la jueza de la Audiencia) que es indigno que se ponga la toga. Todo esto es por inquina personal.

-¿Siente que están haciendo leña del árbol caído ahora que está jubilado?

-No hay vergüenza. He estado trabajando 45 años y lo único que recibo es esto: que me traten como un apestado. Creo que he contribuido de manera importante a que Oviedo sea la ciudad que es. Me voy a dedicar en cuerpo y alma al Derecho para vengarme de todos estos.

-Lo cierto es que la polémica y los tribunales han estado muy presentes en su trayectoria.

-No, no, no... Todo eso fue un sindicalista que hizo carrera gracias a meterse conmigo. Otro que soñaba De Luis. Era obsesión.

-¿Tiene asumido que tendrá que entrar en la cárcel?

-Desde el primer momento. Sabía que esta jueza no me iba a suspender la condena. Ha hecho ingeniería judicial para condenarme, que si encubrimiento, que si infidelidad en custodia de documento público... A la única que he sido infiel es a mi mujer, a la que pido disculpas una vez más.

-Ya sabe que los policías no suelen ser bien vistos por el resto de los presos.

-Donde quieras que vayas de los tuyos hayas. No tengo miedo en absoluto. Lo único que como estoy tan bueno alguno intente... (risas).

-¿Ha pensado lo qué hará el tiempo que pase en la cárcel?

-Después de las querellas que estas juezas van a presentar contra mí cuando lean esta entrevista igual no salgo. Si me dejan daré clases de inglés y de alemán a los reclusos. Una vez hice allí una novillada. Traje toros de Salamanca y toreé. E igual escribo algo sobre este sainete que va camino de convertirse en comedia. Ya tengo el título: Panamá (es un acróstico jugando con los nombres y apellidos de los tres jueces de los que habla). Tengo derecho a elegir cárcel, cosa que tampoco se ha cumplido. Y en Ávila hay una cárcel para policías. Ya veré lo que hago.

-¿Ha hablado con Gabino de Lorenzo?

-No, no he hablado con Gabino. Yo no pido nada a nadie.

-¿Ha recibido mensajes de apoyo, llamadas...?

-Sí. Pero si para mí la jefatura ha sido un potro de tortura. Me retiré, me vine a vivir a Salinas y hasta he olvidado que fui jefe de la Policía Local.

-Durante el juicio esgrimió la figura de Gerardo Herrero.

-Fui a hablar con él preocupado por lo que podía pasar con los agentes por ese desastre de atestado y me dijo que no me preocupara.

-¿Qué opina de esa leyenda negra que siempre le ha rodeado: abusos de poder, el brazo ejecutor del gabinismo..?

-Sí, sí, el Rasputín o el Godoy. Pues no. He trabajado muchas horas para conseguir algo. Ayudé al mejor funcionamiento de Oviedo. He hecho miles de servicios por la ciudad y no tengo ni una felicitación. Y luego ves por ahí a personas que no han hecho nada cargadas de medallas.

-¿Así que en realidad...?

-Pues soy un desgraciado. Mira que he quitado multas y atestados, y para uno que hago reglamentariamente, hasta se lo expliqué al fiscal, acabo en la cárcel.