Asier Polo, un referente inequívoco del violonchelo en España, pronuncia hoy (Auditorio del Conservatorio Superior de Música del Principado de Asturias "Eduardo Martínez Torner", 11.00 horas) la conferencia inaugural de los Cursos de Verano de la Escuela Internacional de Música de la Fundación Princesa de Asturias. Polo reflexiona con LA NUEVA ESPAÑA sobre su carrera musical, su labor docente y sus planes de futuro. Además, aprecia la implicación de la Reina Letizia en el ámbito musical.

-¿Cómo valora que la Reina Letizia asista a cursos de música?

-Es un apoyo inmenso. Da peso y prestigio a la música y a su enseñanza.

-¿Cuáles serán los puntos centrales de su conferencia?

-Se trata de explicar que debe hacer un músico para acercarse a la sociedad.

-La cultura siempre es difícil. ¿Se siente afortunado por haber hecho carrera de la música?

-Muchísimo. Te sientes recompensando. El medio de vida se convierte en modo de vida.

-¿Por qué decidió dedicarse a la docencia en un momento álgido de su carrera?

-Me sentía muy solo y egoísta trabajando solo para mí. Para ser un buen maestro es necesario compartir. Es muy satisfactorio. Era un complemento perfecto porque soy muy sociable.

-¿Qué les transmite a sus alumnos?

-La necesidad de mantener la ilusión de la primera vez. Ser músico es fascinante, pero se necesita rigor y disciplina. Es una carrera de fondo que requiere mucho esfuerzo, pero merece la pena, la recompensa es enorme.

-¿Qué le aportan ellos a usted?

-Son un motor de ilusión, me siento identificado con ellos.

-¿Qué momento elige de su trayectoria?

-Todo suma. Constantemente estoy con ilusiones renovadas. Me quedo con lo que tengo ahora porque es un poso de los años y te hace ser lo que actualmente eres.

-¿Tiene pendiente alguna actuación en la que le gustaría colaborar?

-En los próximos años me voy a centrar en hacer mucho repertorio romántico de chelo. Estoy muy ilusionado porque es una nueva etapa que va a dejar constancia de lo que soy como músico.

-Ha trabajado durante muchos años con Marta Zabaleta. ¿Cómo de importante es la música de cámara para usted?

-Fundamental. Hay un dicho que dice: "La carrera se hace con las grandes orquestas y el músico se hace en la música de cámara". Marta ha sido mi compañera de camino musical, con ella me siento libre.

-Usted toca con un Ruggieri de 1689. ¿Qué tiene de especial?

-Es mi carta de presentación. En instrumentos de cuerda, se considera que un gran interprete debe tener un gran instrumento. Me permite sacar todos los matices de la música para poder desarrollarme como artista plenamente. Es como un Ferrari.

-¿Le costó adaptarse a él?

-Mucho. Es un instrumento con una personalidad muy marcada. Sabía que era mejor que yo y decidí cambiar mi forma de tocarlo porque estaba seguro que iba a aprender de él. En efecto así fue, pero tarde un año en dominarlo.

-¿Qué recuerdos guarda de los conciertos en los que ha participado con la OSPA?

-Tengo una relación superbuena. Me tratan con mucho cariño. Me siento querido. Es una orquesta muy amable y de muy buena calidad.