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¿Cómo estimular la charla con los hijos?

Los expertos aconsejan crear un clima de confianza para que los niños hablen

Una madre habla con su hijo.

¡Cuánto nos ha facilitado la comunicación la telefonía móvil, los mensajes y los whatsapp! Han irrumpido en nuestra vida social y familiar cambiando radicalmente la inmediatez de la comunicación y la posibilidad de cercanía con nuestros seres queridos en el extranjero o lejos de casa.

Cualquiera reconoce las ventajas de estos avances, sin embargo se oyen muchas voces en contra de la excesiva utilización y mal uso de estos aparatos. Se habla de la dependencia excesiva y del impedimento de generar una buena conversación cara a cara por las interrupciones constantes que generan. Hemos de intentar hacerlos compatibles. No podemos retroceder en los avances comunicativos, pero podemos esforzarnos en transmitir a las nuevas generaciones los beneficios de conversar. Un encuentro con una buena conversación hace que sintamos bienestar psicológico. Respecto a nosotros mismos, nos ayuda a estructurar nuestro pensamiento y facilita integrar los sentimientos en nuestra vida. Respecto a los demás, nos abre caminos hacia nuevas relaciones y refuerza los lazos con las ya existentes.

Por el contrario las relaciones superficiales y recortadas típicas de la telefonía móvil y las redes sociales pueden hacer a la persona más susceptible de padecer problemas de soledad. Es importante conversar con los hijos en la vida diaria. Alguna cosas que nos podrían ayudar son las siguientes:

Dar ejemplo. Buscar momentos tranquilos para conversar sin presencia de móviles. Pudiera ser en la mesa, a las horas de las comidas. La vuelta del colegio es un momento importante para escuchar como le ha ido el día.

Escucharle atentamente. Sin interrumpirle, dejándole que se exprese con libertad. Nosotros debemos ser breves, no echar discursos ni sermones, decirles frases cortas que escuchen con atención. Hay que mirarles a los ojos y conseguir que nos miren, con una postura que propicie un encuentro directo.

Atender al lenguaje no verbal. Sobre todo si es pequeño nos ayudará a entender sus sentimientos. Si conseguimos saber lo que nos quiere decir, como se siente y que espera de nosotros, el niño se sentirá aceptado, quedará reforzado en sus vínculos.

Enseñarles a expresar lo que necesitan. Es bueno atender a sus demandas siempre que se cumplan las normas y los límites establecidos. Los hijos necesitan un ambiente de buen humor. Han de ser capaces de enfrentarse a la vida, pero también de recordar su infancia como una época feliz. No esperemos a que sean mayores. Una queja de los padres con hijos adolescentes es que sus hijos no les hablan, y la queja de los hijos es que sus padres no les escuchan. ¿En qué tejado estará la piedra?...

Teléfono de la Esperanza: 985225540.

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