Una de las últimas personas de las que se acordó Agustín de Luis antes de entrar en prisión fue del alcalde de Oviedo, Wenceslao López (PSOE), con quien se despachó a gusto llamándole "okupa" por ostentar el cargo "sin votos, ocupando un espacio por un plato de lentejas". También dijo, en respuesta a unas palabras del Alcalde asegurando que Oviedo está más limpio que "si fuera gerente de la empresa de limpieza no lo contrataría ni para tirar del carrito, sino para echarlo dentro".

Según relató De Luis, su enemistad con López viene de lejos. En tiempos de Luis Riera, a principios de los ochenta, ambos se enfrentaron por el encierro de una trabajadora en el Grupo Socialista. "Cuando fui a desalojarlos me dijo 'de ahí no pasáis'; yo lo agarré y le pregunté por dónde prefería salir, por la puerta o por la ventana. Se apartó enseguida", manifestó.

Por su parte, López dijo ayer que Agustín De Luis "ha reconocido públicamente que ha habido situaciones punibles más graves (de las que se denuncian). Son personajes que mejor no hubiesen pasado por un Ayuntamiento". A lo que añadió que "cuando alguien se compara con el Cid y con Jovellanos me rompe totalmente los esquemas", dijo López en referencia al contenido de la entrevista con De Luis publicada ayer por LA NUEVA ESPAÑA.

El excomisario mantiene una mejor relación con el exalcalde Gabino de Lorenzo (PP), actual delegado del Gobierno, que ayer aseguró que "son muchos años compartiendo responsabilidades en el Ayuntamiento. No sería humano yo si no tuviese un disgusto importante por la entrada en la cárcel de Agustín de Luis. Siento que al final se hayan producido estos hechos, pero también puedo asegurar que se ha tratado en todo momento de que la dignidad humana de Agustín de Luis no fuese perjudicada", aseguró.

"Se da carpetazo a una de las etapas más negras de la ciudad", señaló Rubén Rosón, concejal de Somos, quien aprovechó para criticar al PP local "por defender a un delincuente condenado a cárcel que estuvo en busca y captura".