"Me parece inevitable que los impuestos suban en 1992", anunció ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, quien advirtió del peligro de una desaceleración "rápida y muy intensa" en la creación de empleo y en la inversión. Solchaga confirmó que las obras públicas serán las más afectadas por el recorte del gasto: "Los planes de infraestructuras tendrán que ser retrasados, porque no pueden llevarse a cabo en estos momentos con inversión pública". Estas palabras contrastan con las del consejero de Infraestructuras del Principado, Juan Ramón Zapico, quien señaló que en Asturias "la contención del gasto afectará menos a Obras Públicas que a otras consejerías".