Al contrario que las bicicletas, que siempre se asocian con el verano, parece que las exposiciones de arte suelen ir ligadas a las épocas más frías del año. Por eso, la galería ovetense Cervantes6 se ha empeñado esta temporada en romper esa idea y llenar sus paredes y peanas de obras de lo más refrescantes y coloridas. "Art in summer", que estará abierta al público hasta el 30 de agosto, reúne en la ciudad a artistas procedentes de diferentes partes del país que presentan por primera vez sus obras en Oviedo, y cuyos estilos y temáticas pretenden conectar con todos los públicos.
Y es que es poco habitual ver en el mismo espacio esculturas burlescas, realismo de acabado perfecto, fotografía, collage digital surrealista y óleos del impresionismo más elegante. Por eso, al cruzar la puerta de la galería, lo primero que llama la atención son las esculturas y los bustos firmados por el artista gallego Iván Prieto, realizadas en cerámica refractaria, resina, óxidos y esmaltes y con una clara intención reivindicativa que salpica hasta a la mismísima reina Elizabeth de Inglaterra. A su lado, casi sin girar la vista, es imposible no fijarse en los óleos del creador Ignacio Larra, de origen venezolano pero residente en Pamplona. Bacanales inspiradas en su región de residencia y escenas cotidianas que hace realidad con personas de su entorno y elementos que él mismo diseña. Así consigue un realismo onírico elegante, clásico, con ciertas reminiscencias de la pintura flamenca, pero con toques del siglo XXI.
Con la figura también como protagonista, el madrileño Rafael Merodio llena la sala de color con sus pinturas al óleo. Una abstracción figurativa en la que las líneas, las geometrías, y los juegos de luz y de planos crean escenas apetecibles que invitan al observador a adentrarse y formar parte de ellas. Al igual que el artista argentino residente en Gijón Daniel Rivero que, desde una mirada impresionista, convierte las terrazas asturianas de hoy en cafés parisinos que bien podrían ser escenarios de la Bohème de Puccini. Escenas costumbristas que contrastan con las creaciones de la vallisoletana Irene Araus, en las que lo bello y lo inocente esconden realidades dañinas y situaciones duras. Para lograrlo, fusiona los versos de "Política Sessions" de Miguel Velayos con los collages de escayola, cartón, grabado, café, materiales reciclados y pintura.
La realidad también es el punto de partida del trabajo fotográfico de la bilbaína Belén Arévalo, centrado en la desaparición de las técnicas de pesca tradicional de Portugal. Unas imágenes de gran tamaño en las que la artista muestra su habilidad digital, abriéndolas en canal, hasta el punto de mostrar los pixeles y las capas de tratamiento. En el lado opuesto, dejando completamente aparcado lo tecnológico en favor del delicado trabajo artesanal, se encuentran las esculturas de bronce del madrileño Rafael Elizo. Figuras clásicas que adquieren una visión contemporánea gracias al movimiento que obtienen con los juegos de esferas. Y el broche de oro de la exposición lo ponen los coloridos collages digitales de la artista venezolana Amalia Pereira, cuya alegría y surrealismo, en el que se mezclan un sinfín de elementos, recuerdan a la inmortal Frida Kahlo.
