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Olive Uwurukundo. | Escritora

"Oviedo me recuerda a Ruanda, que es conocido como el país de las mil colinas"

"Siempre me ha gustado leer, escuchar y hablar otros idiomas; quiero llegar a ser traductora e intérprete en un futuro, ésa es mi ilusión"

Olive Uwurukundo nació en la Provincia del Sur, en Ruanda, en 1985. Es la mediana de tres hermanos. Lleva 9 años viviendo en España. Siempre le ha gustado leer y un día decidió empezar a escribir sus pensamientos. El fruto fue "Quien te hizo llorar mi niña", su primer libro en el que refleja parte de su trayectoria vital. Uwurukundo es ruandesa pero se siente de Oviedo. Desde pequeña sintió absoluta pasión por la lectura y la escritura. Ahora el diario que escribía de niña en su país se ha convertido en un libro con pasajes duros y emocionantes. Un día Olive, que guardaba libros bajo el pupitre para ojear mientras el profesor daba la clase, decidió acortar su apellido y hacerlo más sencillo a la pronunciación española. De ahí surgió el apelativo "Ka", con el que firma la novela.

La infancia en Ruanda y el internado católico. "Nací el dos de enero del 1985 en un pueblo de la antigua provincia de Butare, ahora Provincia del Sur en Ruanda. Soy la mediana de tres hermanos, pero en Oviedo solo estoy yo. Estudié en un internado mixto llamado "Groupe Scolaire Sainte Bernadette de Save" dirigido por monjas donde me decanté por las Letras. Desde siempre me ha gustado leer, escuchar y hablar en otros idiomas. Quería y quiero llegar a ser traductora e intérprete algún día".

La juventud en un país en duras circunstancias. "Aunque durante mi adolescencia mi país no estaba atravesando buenos momentos, mis amigas y yo nos las apañábamos para disfrutar de nuestra juventud al máximo. Por ejemplo, en el internado no estábamos autorizados a salir, aunque las puertas estaban abiertas, salvo los que querían ir a la misa diaria de las seis y media de la mañana. La de los domingos era obligatoria. Y en esas tardes dominicales sí nos daban unas dos horas libres que teníamos que aprovechar para hacer todo lo que no podíamos hacer entre semana fuera del internado".

El corte de pelo que acabó en expulsión. "Un sábado por la tarde después de hacer las tareas en los equipos en los que nos organizaban una de mis amigas y yo decidimos ir a cortarnos el pelo fuera. Al salir de la peluquería nos encontramos con el delegado de estudios en el colegio, que nos vio, nos llamo y nos dijo tranquilamente que el lunes por la mañana cuando llegara al internado le esperásemos enfrente de su oficina. El lunes llegó y le fuimos a esperar. Iba con la monja delegada de disciplina. Nos expulsaron por dos semanas. Nos fuimos a casa. Yo no hacía más que pensar en como darle la noticia a mi madre. Lo perpeor es que llegamos a la ciudad en la que nos dejo el mini bus, para ir al pueblo donde estaba mi casa, tras caminar quince kilómetros , ya que no había transporte, me crucé con uno de mis tíos que es sacerdote. Mi tío era amigo de la directora de mi colegio. Me hico entrar en su coche y me volvió a llevar al colegio. La directora no se ablandó y le dijo que si me habían expulsado tenía que cumplir mi castigo. Así que volvió a dejarme donde me había recogido y me dijo con cara de decepción, que si era capaz de desobedecer las normas podría prescindir de él e ir andando los quince kilómetros hasta casa. Me marché cabizbaja. Mi madre no me habló en esas dos semanas!"

Encantada entre los paisajes de Oviedo. "Vivir en Oviedo me encanta, por su clima, sus comidas, tantos sitios que visitar, el verde, y sobre todo, todas esas montañas que rodean la ciudad y que tanto me recuerdan a mi país. Ruanda es conocido como "el país de mil colinas", así que este paisaje me resulta bastante familiar".

Nostalgia de la familia. "Echo de menos algunas de las comidas típicas de mi país, aunque la gastronomía asturiana me fascina, la verdad, no me puedo quejar. Pero sobre todo extraño a mi familia, claro. Creo que a mi madre le encantaría vivir en una ciudad tan acogedora como Oviedo. A mis hermanos también les añoro".

El rincón en el que encuentra la paz. "Mi sitio favorito de Oviedo es el parque de San Pedro de los Arcos. Aunque me intimidan un poco los cañones, voy por allí a menudo en busca de paz y tranquilidad, para pensar. Es algo que necesito hacer. Cuando estoy fuera echo de menos ver las montañas verdes de Oviedo. La verdad es que me gusta mucho este clima tan llevadero. No hace ni demasiado calor ni mucho frío. Quitando tanta lluvia y humedad, se parece un poco al de mi país".

Aquella nana que su madre le cantaba para dormir. "Mi vida está reflejada en un sesenta por ciento de las páginas del libro. El resto es invención". El título, 'Quien te hizo llorar mi niña', lo escogí porque es la traducción de una nana tradicional que mi madre me cantaba de pequeña. Es una canción me transmite calma y paz. También es una especie de homenaje a mi madre. Las mujeres ruandesas, en general, han realizado un gran papel en el país. Ellas son muchas veces el auténtico pilar de las familias".

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