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EDGAR IMAZ | Ingeniero y emprendedor

"El futuro pasa por las azoteas solares"

"En mi próximo viaje a Silicon Valley mi sueño sería conocer a Elon Musk, una leyenda viva de las energías, y regresar con apoyo financiero"

Edgar Imaz. LAURA CARADUJE

El emprendimiento en Asturias está de celebración. Durante seis meses, el joven empresario Edgar Imaz (Langreo, 1988) desarrolló un proyecto pionero en energía renovable con el que consiguió ganar el concurso del programa "Yuzz", una iniciativa que asesora a jóvenes emprendedores con ideas de negocio. El premio consiste en un viaje a Silicon Valley (California), la meca del mundo de la empresa y la tecnología, donde, a lo largo de seis días, podrá conocer desde dentro a los pesos pesados del mundo tecnológico, como HP, Google o Facebook. Imaz, junto a otros 48 emprendedores del resto de la geografía peninsular, tendrá la oportunidad de recibir formación y codearse con reputados profesionales del sector y posibles inversores futuros. El langreano, ingeniero civil y de minas, aspira ahora a hacerse un hueco en el mundo de la energía solar con "Soty", una plataforma para poner en contacto edificios con azoteas disponibles y distribuidoras eléctricas para instalar en ellas placas solares.

-Su proyecto fue elegido entre otros trece del Centro Yuzz de Oviedo. ¿Cómo se siente?

-Genial. Al principio no me lo creía, pero ahora ya lo he conseguido. Es una oportunidad de conocer el lugar al que me gustaría llegar. Silicon Valley es la cuna del emprendimiento y la tecnología, donde están las empresas más grandes, todo el sector gira en torno a este lugar. Poder conocer a gigantes como Google, Facebook o HP y asistir a clases y charlas de sus profesionales es una oportunidad increíble. Mi objetivo es vender mi idea, Soty.

-¿Qué es exactamente Soty?

-Es el acrónimo de "Solar City" (ciudad solar). Se trata de una plataforma web que permite a propietarios de azoteas alquilarlas a empresas distribuidoras de energía para que instalen placas solares fotovoltaicas. Todo ello se realiza a través de una subasta en tiempo real. La idea es que todos salen beneficiados de este modelo de negocio. Por un lado, el propietario de la azotea se ahorra dinero en la factura de la luz y no se hace cargo de la instalación y el mantenimiento de las placas. Además, así puede evitar el famoso "peaje" solar, un impuesto que grava las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo de particulares. Por otro, las empresas distribuidoras ahorran el transporte de la energía, al estar el punto de generación y de consumo de energía en el mismo lugar. Del mismo modo, pueden fidelizar clientes a largo plazo. Ahora mismo estamos en una campaña comercial piloto, negociando con distribuidoras que están interesadas.

-¿Quién puede estar interesado en alquilar una azotea?

-Comunidades de vecinos, hoteles, polideportivos... Están encantados porque van a pagar menos en su factura de la luz y por eso nos es muy fácil acceder a ellos. A las eléctricas también les sale rentable, porque tienen que ajustarse a la legislación europea que les exige tener un mínimo de megavatios instalados en las azoteas, y nosotros les facilitamos el trabajo.

-¿Cómo se le ocurrió esta idea?

-Sinceramente, no sé cómo explicarlo. Un día te levantas y te llega la inspiración. En las noticias siempre oía hablar de la subida del precio de la luz, con familias ahogadas por las facturas. Por mi formación, estaba inmerso en el mundo de las energías y decidí investigar acerca de la solar. Había algunos proyectos que funcionaban como comparadores de proveedores de placas fotovoltaicas para autoconsumo, pero con eso no se conseguía salvar el "peaje" solar. Decidí darle una vuelta a esa idea y así nació Soty, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

-Entonces, ¿le ve futuro a la energía solar?

-En España estamos un poco más atrasados en este sentido, pero se va a acabar implantando. El sol es el futuro de la energía. Las nuevas placas que han salido recientemente al mercado consiguen un nivel de producción kilovatio/hora al mismo precio que la energía nuclear, pero que con el paso del tiempo disminuirá cada vez más. Se trata de una energía limpia, no contamina nada. Es, para mí, el mejor método de obtención de energía. Yo creo que el futuro pasa precisamente por las azoteas solares: microgeneración y microconsumo. Por eso me hice emprendedor y aposté por ello.

-El emprendimiento está experimentando un auge en los últimos años.

-En Estados Unidos y en las grande ciudades europeas, como Londres, sí. Sin embargo, España está a la cola, aunque aquí, en Asturias, se intenta fomentar mediante ayudas o concursos, pero tienen una formación demasiado genérica. No es lo mismo un proyecto de energías renovables que uno sobre productos agrícolas. Cada uno debería recibir una atención más personalizada. Hay iniciativas municipales a las que estoy muy agradecido, como "Oviedo Emprende" o "Gijón Impulsa", que van en la buena dirección y ofrecen un montón de ayuda, pero aún les queda camino por recorrer. En mi caso, siempre me había gustado la idea de trabajar para mí, y gracias al apoyo de mi socio Daniel Fernández decidí comenzar en este mundo.

-¿Y qué futuro tiene ese mundo?

-Hay empresas que llevan dos o tres años funcionando y ya empiezan a ver la luz al final del túnel. Comienzan a monetizar, que es el objetivo principal, a tener ingresos. El emprendimiento te va enfrentando día a día a problemas nuevos y reales, para mí es como un máster en vida. Con un plan de acción, y marcando y cumpliendo unos hitos, se puede salir adelante poco a poco. Escalabilidad, rentabilidad, eficiencia... son factores básicos a la hora de desarrollar un proyecto de este tipo. Hay mercado para todo, en especial en las nuevas tecnologías, y si tienes un buen producto y tomas los pasos adecuados puedes hacer cosas grandes.

-¿Espera algo grande de su viaje a Silicon Valley?

-Mi sueño sería conocer a Elon Musk, que es una leyenda viva dentro del mundo de las energías, aunque dudo que pueda tener acceso a él. De todos modos, lo básico sería salir de allí con las pautas para poder implantar mi negocio en Estados Unidos. Conseguir una colaboración con una empresa de mayor entidad que la mía o conocer a algún inversor al que le guste mi proyecto sería lo ideal. Regresar de Silicon Valley con apoyo financiero reforzaría mucho mi producto.

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