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Vecinos en alerta por los jabalíes

Las incursiones de los cerdos salvajes en las zonas urbanas preocupan a los residentes en La Florida y Vallobín "Son un problema para el tráfico", dicen

Vecinos en alerta por los jabalíes

Las incursiones de jabalíes, cada vez más frecuentes en los barrios de Vallobín y La Florida, preocupan a los residentes de la zona, que ven cómo alguno de estos animales salvajes se pasea por las calles del barrio como un vecino más. "Si cruzan la carretera pueden provocar algún accidente de tráfico", resume el sentir general Dolores Rodríguez, camarera de un cafetería de la plaza Gabino Díaz Merchán.

Como ella, son muchos los vecinos a los que les inquietan las salidas nocturnas de estas criaturas. Por ejemplo, Marina Martín, ama de casa, indica que la presencia de jabalíes puede ser peligrosa por "lo rápido que bajan los coches por La Florida de noche". Los cerdos salvajes bajan desde el monte en busca de comida, atraídos en ocasiones por las basuras, como señala Esther Bello, ama de casa que considera "peligrosa" la situación. Lo solares abandonados que hay entre este barrio y Las Campas son los lugares que más atraen a los animales, por lo que desde la asociación vecinal ya se ha instado a los propietarios a limpiarlos. Vecinos como Josselin Morales, estudiante, atestiguan este hecho. La joven vio de madrugada a "una familia entera" en la zona más cercana a Las Campas y también cree que puede ser problemático para el tráfico de vehículos.

Morales no es la única que confiesa haber tenido algún encuentro con estos animales. "Vi uno por Vallobín de noche", relata María Lizaso, a quien le preocupa que en verano bajen hasta zonas "donde juegan los niños". Madres como Rocío Bueno también comparten esa inquietud. Las autoridades competentes estiman que en la ladera sur del Naranco, zona protegida de caza, se acumula aproximadamente un centenar de ejemplares, muchos de los cuales dejan el monte para visitar la ciudad. De esta manera, vecinos, como Paula Baró, se encontraron con grupos numerosos. "Eran seis o siete, iban con crías, es peligroso porque no sabes cómo pueden reaccionar", cuenta. Lo cierto es que el avistamiento de jabalíes ha superado al de años pasados en estas fechas. La Policía Local tuvo que actuar en 49 ocasiones relacionadas con estas criaturas en el casco urbano entre febrero de 2014 y agosto de 2016. De esos 49 encuentros, 19 en se han producido en sólo tres meses (de mayo a agosto), por lo que las cifran comienzan a alertar a los habitantes de la zona.

Pese al peligro que puedan suponer, los vecinos de La Florida y Vallobín afrontan las incursiones de estas criaturas con calma. "No me dan miedo, pero hay que ir con mucho cuidado", señala Régulo Álvaro, maquinista. Los daños provocados por estos animales suelen ser mínimos y siempre materiales. Sin embargo, en la zona rural los jabalíes irrumpen en los huertos y arrasan con la cosecha. "Los destrozos que hacen son lo único que debería preocuparnos", apunta Carlos Mérida. Isaac Rivas, estudiante, que se cruzó con un jabalí "fozando" cerca de unos cubos de basura, asegura que "si no les haces nada ellos no te atacan". De hecho, hay a quien no le parecen peligrosos, como a Germán Iglesias. "Se ven muy pocos y salen siempre de noche, no creo que molesten a nadie", dice el estudiante.

Las posibles soluciones a esta problemática dividen a los vecinos. Por un lado, unos están a favor de que los animales sean abatidos para evitar estas incursiones a zonas urbanas. "No podemos hacer otra cosa, son un peligro para el tráfico", dice Pelayo Álvarez. El control del número de ejemplares parece la vía más fácil de acabar con el problema. "Una batida de vez en cuando es necesaria", opina Juan Carlos Fernández, técnico inspector de viviendas. Por el otro lado, hay vecinos a los que esta idea no les convence. "Me dan pena, hemos acotado mucho su ecosistema y no tienen espacio suficiente donde vivir, por eso bajan hasta aquí", comenta María Yolanda García, jubilada. Otros se atreven a proponer alternativas, como Claudia Pieruz, profesora, que considera que aunque le asustaría encontrarse con alguno, lo ideal sería "cercar y controlar la zona donde viven para evitar que bajen a estos barrios". Otra opción sería la que propone Paquita Fernández, que cree que se debería construir "terrazas" en el monte para que los jabalíes puedan campar a sus anchas sin interferir en los asuntos humanos.

La situación, por el momento, permanece estancada. Desde el Ayuntamiento se solicitó al Principado que interviniese ante el aumento de la población de estos animales y su acercamiento a la ciudad, ya que la Policía Local no tiene competencia para abatir a los jabalíes a disparos. Lo único que pueden hacer las fuerzas municipales es guiarlos para tratar de alejarlos de las zonas urbanas. Entonces, los guardas de la Consejería de Desarrollo Rural del Principado iniciaron batidas en las que se consiguieron abatir a 11 ejemplares. Otro jabalí murió atropellado en el Alto de Buenavista.

Mientras, los cazadores permanecen a la espera del inicio de la temporada de caza mayor, que incluye jabalíes, y que comienza el próximo 1 de septiembre. En la ladera sur del Naranco, la que da a la ciudad, los cazadores no están autorizados a usar sus armas de fuego contra los animales, por lo que recurren a entrar con sus perros y ahuyentar a los jabalíes hacia la norte, donde pueden dispararlos.

De todos modos, a falta de una solución contundente y definitiva, los vecinos de la Florida, Vallobín, Las Campas y otras zonas rurales próximas a Oviedo permanecen alerta ante la posible aparición de estas criaturas en sus calles.

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