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Una vida de teatro por amor al arte

Carmen Duarte y Ramón Oliva, dos autores costumbristas claves en la región, demostrarán esta semana en Oviedo la calidad de la escena amateur asturiana

Una vida de teatro por amor al arte maría gómez

Son dos de las almas mater del teatro aficionado de Asturias. Dos trabajadores incansables que dedican la mayor parte de su tiempo a mantener vivo este valor cultural de la región. Por eso, Carmen Duarte, presidenta de la Federación de Asociaciones de Teatro Amateur de Asturias (Feteas), autora, directora del grupo de teatro "Traslluz" de Gijón, e intérprete habitual en la escena asturiana, y José Ramón Oliva, economista de profesión, y autor, intérprete y director del grupo de teatro "Carbayín" de Pola de Siero, se emocionan solo con pensar en que ya están en plena cuenta atrás para una de sus citas más importantes del año: el arranque de la décima edición del Festival de Teatro Amateur de Oviedo, que se celebra desde este jueves y hasta el 10 de septiembre en el Filarmónica.

"Estamos encantados. No es fácil mantener una cita como esta, y ya llevamos diez años sin parones. Y encima creciendo", afirma Oliva. Ese crecimiento se debe a que, por primera vez, este año el festival contará con la presencia de tres compañías de teatro amateur de fuera de Asturias. "Esos intercambios son vitales para nosotros. Permite que algunos grupos de aquí salgan de Asturias (este año se van tres), y que los que nos quedamos, veamos lo que se está haciendo más allá de nuestras fronteras", explica Duarte.

Entre las 17 obras que conforman el programa de esta décima edición, figuran cuatro compuestas por ellos. E incluso Oliva, se animará a subirse al escenario con su grupo para representar "El candidatu". "Es lo que más nos gusta hacer a los que amamos el teatro. Por eso escribimos, dirigimos y entregamos todo el tiempo que tenemos. Aunque no recibamos nada económico a cambio, esa satisfacción es impagable", dice. Llevan en esto toda su vida y, a pesar de los sacrificios y los momentos duros, siguen pensando que vale la pena. "Empecé haciendo teatro clásico con compañías aficionadas, y en el año 89, creamos un grupo en la Asociación de vecinos 'El Fumeru' de El Llano, en Gijón, con la idea de promover nuestra cultura". Fue en ese momento cuando Duarte empezó a escribir sus primeros textos costumbristas, además de dirigir e interpretar obras con el grupo. "La primera obra que estrené, 'El mi fiu ye abogáu' causó furor. Siempre me interesó mucho la mirada de género, y también las causas sociales. Y en esa obra fui de las primeras en hablar de una relación homosexual formal. Me llamaron loca y de todo, pero llegó muy lejos", cuenta. Después de ese título llegaron otros 50 más, aunque algunos no se han estrenado. "No es nada fácil. Tenemos que ensayar y actuar en nuestro tiempo libre, y yo soy muy perfeccionista. Ensayamos dos o tres días a la semana, cuatro horas. No todo el mundo tiene esa disponibilidad, por eso ahora, de los 12 que somos, la mayoría estamos jubilados". Es más, ahora, con el festival a la vuelta de la esquina, "los ensayos se hacen todos los días".

En el grupo de Oliva, "eso es imposible. Como mucho podemos ensayar una o dos veces por semana, y dos horas. La gente no recibe nada por esto y, aunque sea su hobby, tiene obligaciones". El entró en el grupo con solo 14 años, "cuando se fundó, en el año 79", afirma. Desde aquel momento las cosas cambiaron mucho, incluso se animó a escribir obras. "Nos quedamos sin textos para llevar a escena, así que me puse a ello. Siempre hago humor y suelo situar la escena en los años de la posguerra. Aunque, en el fondo, siempre hay alguna referencia a la época actual", dice. De hecho, la obra que lleva su grupo al festival, "El candidatu", es una sátira política ambientada en el año 79, en las primeras elecciones locales de España tras el franquismo, "pero aparece citado Bárcenas", cuenta sonriendo.

Los dos están de acuerdo en que, desde que empezaron, "las cosas han mejorado, pero queda mucho por hacer". Explican que todo lo que reciben de contrataciones de asociaciones de vecinos o de ayuntamientos se destina íntegro a mejorar la calidad de lo que hacen. "Estamos orgullosos porque la escena amateur en Asturias es muy buena. Además, llevamos el teatro a muchos sitios a los que no llegaría si no existiésemos las compañías aficionadas. Y eso nos anima a seguir", asegura Duarte. Oviedo es para ellos una plaza segura. "El festival funciona bien, a pesar de ser finales de agosto, siempre hay gente. Aquí gusta el teatro", afirma Oliva. Por eso, ahora solo les preocupa dejar otro año más el pabellón alto.

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