Empleados del albergue de animales de La Bolgachina y la veterinaria municipal recorrieron ayer de arriba abajo el antiguo poblado chabolista de La Malata en busca de cerdos vietnamitas, perros y gallinas. Empezaron hacia las ocho y media de la mañana y lo dejaron una hora después, cuando llegó la pala excavadora encargada de derribar las casetas por orden del Ayuntamiento y bajo la autorización del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Oviedo. "¡Por ahí! Acabo de ver uno corriendo. A ver si lo capturamos". Los técnicos vieron un gorrino entre las infraviviendas de madera y cartón y lo siguieron sin éxito porque se escondió entre la maleza. Sin embargo, el rastro de heces -recientes y antiguas- les dejó claro que allí hay muchos más. De hecho, la estimación inicial de la Policía Local es que hay al menos doce cerdos vietnamitas, tres o cuatro perros e incontables gallos, gallinas y pollos. De las personas que vivieron allí, ni rastro. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, se marcharon pacíficamente el fin de semana "para evitar líos con la policía".

De la docena de personas que había allí últimamente, un matrimonio con un hijo, y una mujer mayor se han ido a viviendas de protección social. El resto se marchó en busca de fincas para estacionar sus caravanas fuera de Oviedo o, tal como explicaron a este periódico, en busca de "pisos patada" (de okupas).

El concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, aseguró ayer tras el inicio de la demolición de las chabolas (que acabará en las próximas horas) que los animales se trasladarán al albergue municipal de La Bolgachina, popularmente conocido como la perrera, aunque al cierre de esta edición, sólo habían capturado un perro y una gallina.

Uno de los antiguos pobladores de La Malata se dedicó a la cría de esta especie porcina -a medio camino entre el cerdo común y el jabalí- pero falleció y los animales quedaron sueltos. Los perros eran las mascotas de algunas de estas personas y las gallinas les servían para comer. El albergue carece de recintos específicos para cerdos. A día de hoy, las instalaciones acogen mayoritariamente perros y gatos.

La demolición de las casetas del último poblado chabolista de Oviedo contó con la colaboración de la Policía Local, el servicio de Parques y Jardines, Servicios Sociales (que dieron la vuelta al no quedar pobladores), la veterinaria municipal, Conservación, el albergue municipal de animales y representantes del servicio de Gestión de Patrimonio, entre otros. La ayuda de la Policía Nacional finalmente no fue necesaria debido a que no hubo que desalojar a nadie.

Alfombras, sillas, electrodomésticos oxidados, sofás de cuero de imitación, cristales, bolsos falsificados de Louis Vuitton, colchones, neumáticos, peluches, zapatos desparejados, restos de comida o un póster de la película "Northmen" (Los Vikingos) estaban regados por el suelo, dentro y fuera de las chabolas de La Malata, un terreno que forma parte del proyecto de compensación del ámbito urbanizable La Malata Sur, cerca de la antigua carretera a Lugones, en el límite con Siero y bajo las vías del tren.

La pala excavadora fue destruyéndolo todo salvo una huerta perfectamente delimitada, rodeada de chabolas, en buen estado y llena de berzas y fabes de mayo. Al ser preguntado por el origen y futuro de esta huerta, el concejal del área de Interior, Iván Álvarez, aseguró que el Ayuntamiento investigará a quién pertenece para tomar una decisión.

Una vez limpio de restos, los técnicos cerrarán el terreno con estacas de hormigón. Y es que el gobierno local no tiene planes a corto o medio plazo para actuar en la zona. Un chatarrero cargó ayer su camión con lo que pudo para ganarse un dinero y unos chavales que estaban cazando Pokémon inmortalizaron el derribo para subirlo a su "instagram".