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Un verano con los demócratas

A sus 16 años, Marcos Cecchini integra el equipo de comunicación de Hillary Clinton en Luisiana

"Estoy con ella". LNE

Un gran interés por aprender sobre política y un verano sin "nada que hacer" le bastaron a Marcos Cecchini (Las Palmas, 1999) para dar el salto a la sede del partido demócrata en Baton Rouge (Luisiana, Estados Unidos). Al menos, así lo cuenta él, que dice sentirse atraído desde siempre por el mundo diplomático. "Cuando llegó el verano no tenía nada que hacer, así que solicité una plaza en comunicación para ambos partidos y me cogieron en los dos", explica el joven, cuya inclinación por la política tiene raíces asturianas. Marcos es nieto de Juan Cecchini, quien fuera concejal de Deportes en Oviedo con la llegada de la primera corporación democrática.

"Al poder elegir, decidí trabajar con los demócratas porque comparto más opiniones con ellos. Creo que es mucho más sencillo conectar con Hillary Clinton porque no viene de una familia elitista como Trump, que siempre ha vivido una vida de millonarios". A sus dieciséis años, Cecchini lleva desde finales de mayo trabajando como jefe de comunicación en prácticas en la oficina de campaña del partido, donde emprende tareas encaminadas a procurar el ascenso de Clinton al Despacho Oval. "Si sigue en la misma línea, interesándose como lo hace por los problemas de la gente, pienso que va a ganar con diferencia".

Y para apoyar la candidatura de la que podría convertirse en la primera mujer que presida los Estados Unidos, Cecchini se encarga de repartir proyectos de lo más variado entre los distintos miembros del equipo. "Tenemos que recoger datos sobre las elecciones primarias o recopilar información sobre los diferentes miembros del partido. También nos reunimos con integrantes de la oposición".

Lo que para este adolescente es una lista de tareas rutinarias, que enumera con naturalidad y humildad, supone, en realidad, un gran baluarte a la hora de gestionar la campaña demócrata a nivel nacional, ya que conocer lo que está sucediendo en cada estado del país puede servir como indicativo de los resultados generales. "Luisiana es el Estado más conservador del país, pero las cosas están cambiando mucho. Tras ocho años con un gobernador republicano, que lo arruinó todo, la gente acaba de votar a un demócrata. Tal vez sea pronto para que la población se decante por los demócratas en las elecciones generales, pero podría ocurrir en el futuro", aventura.

Toda la vida por delante

Con su último curso de instituto a unas semanas de comenzar, la aventura demócrata de Cecchini está a punto de llegar a su fin. Sin embargo, todo hace pensar que se tratará de un punto y seguido, pues es posible que continúe colaborando con el partido a lo largo del año. Entre tanto, el joven tiene ya la mente puesta en la Universidad de Georgestown, donde le gustaría estudiar Relaciones Internacionales el próximo año. "Está en Washington DC, donde se encuentran todas las embajadas. Creo que es el mejor lugar para aprender sobre diplomacia", explica.

Afincado en Estados Unidos desde que era un niño, Cecchini, con el corazón dividido entre las islas Canarias, que le vieron nacer, y Oviedo, donde pasará las próximas Navidades junto a su familia asturiana, rememora con cariño sus visitas a la capital. "Echo de menos el tiempo tan fresquito que hace porque en Luisiana siempre hace mucho calor. Pero, sobre todo, a la gente. La vida allí es mucho más social", afirma. En el futuro, "puestos a imaginar", le gustaría "trabajar en la Embajada norteamericana en España. Eso sería un lujo". Dieciséis años, toda la vida por delante y un sueño que ya ha empezado a cumplir.

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