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Una carrera dedicada al cine asturiano

"Es un proyecto de vida", dice Juan Bonifacio Lorenzo, director de la Filmoteca de Asturias, a cuatro días de su cese tras casi dos décadas en el cargo

Juan Bonifacio Lorenzo posa en su despacho junto a una foto de la entrega del galardón que recibió en Avilés por su trayectoria en el cine asturiano. I. COLLÍN

El teléfono del la Filmoteca de Asturias echa humo estos días. Su director, Juan Bonifacio Lorenzo, no sólo atiende a los medios, sino que recibe cada mañana llamadas de apoyo de conocidos por su despido, comunicado hace días por el Principado. A cuatro días de que deje de ser director de la Filmoteca tras 19 años, Lorenzo repasa su trayectoria al mando de la institución. "Es un proyecto de vida", señala.

"La Filmoteca es un proyecto muy costoso que viene desde muy atrás, estuve trabajando más de veinte años por ello", afirma Lorenzo. Desde joven, Lorenzo cultivó su pasión por el cine, trabajando como realizador y director de dos cortos y un largometraje, el cual no llegó a acabar. Tras documentarse, en 1976, trasladó al Ayuntamiento de Gijón, su ciudad natal, la propuesta de crear una filmoteca, inspirado por su mentor Carlos Fernández Cuenca, historiador de cine. "Me dijo que a través de la historia regional podíamos recopilar la historia filmográfica nacional", apunta. Así, Lorenzo se puso manos a la obra, con la idea de recuperar unas películas que estaban en el archivo municipal gijonés. Su sorpresa fue que la humedad había acabado con gran parte de los filmes. "Por ello, les trasladé la necesidad de tener una filmoteca, para que no se perdieran más documentos como esos", explica.

En el año 1979, volvió a insistir con su idea, esta vez ante el Consejo Regional de Asturias, con el objetivo de "recuperar y proyectar el cine asturiano". Entonces se elaboró un plan de desarrollo cultural, que, aunque fue aprobado, no llegó a prosperar. "De haberse constituido entonces, la Filmoteca de Asturias hubiera sido la segunda de España, tras la nacional", destaca. Años más tarde, ofrecería de nuevo la propuesta al Ayuntamiento de Gijón, que lo rechazó por carecer de competencias en el asunto. "'Esto no es Hollywood', me decían", cuenta Lorenzo. Tras varios intentos fallidos, Lorenzo, junto con otros cineastas e historiadores, se dedicó a "crear conciencia" de cine asturiano, a través de su libro "Asturias y el cine" y la revista "Astur Cinema".

El gran paso lo daría en el año 1995 el recién nombrado gobierno autonómico de Sergio Marqués. Entonces, Lorenzo, tras un concurso público, fue elegido para dirigirla, "por méritos, currículum y un largo inventario que elaboré yendo de organismo en organismo catalogando las películas que había y el estado en que se encontraban". De esta manera, desde 1997 Lorenzo dirigiría la Filmoteca desde la Biblioteca del Fontán. Sus ciclos de cine en Oviedo y la restauración de películas, como "Avilés, agosto de 1924", una de las primeras filmaciones asturianas que se conservan, y "Mieres del Camino", de 1927, que pretende recuperar "con filmoteca o sin ella", son algunos de los hitos de su carrera como director de la Filmoteca Asturiana.

Ahora, Lorenzo teme que la filmoteca "se desmantele" y que todas las películas allí atesoradas, "que son documentos históricos" se pierdan. "Esto tiene que estar en manos de profesionales, de gente técnica", sentencia.

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