En septiembre de 1999 abrió sus puertas el centro ecuestre El Asturcón. La iniciativa partió del Ayuntamiento de Oviedo, dirigido por Gabino de Lorenzo. El Alcalde auguraba tiempos felices para el recinto, con la expectativa de llenarlo de actividad deportiva y convertirlo en fuente de riqueza y empleo.
En sus inicios, casi 350 caballos abarrotaron sus cuadras, dando vida a un ambicioso proyecto que ha durado casi 17 años. Durante este tiempo, sus pistas han visto galopar a cientos de corceles que compitieron a nivel nacional e internacional. Las instalaciones se convirtieron en un pequeño pueblo lleno de vida. Jinetes y cuidadores mantenían una estrecha relación, casi familiar.
El proyecto tuvo unos costes que, tras varias modificaciones, alcanzaron los 24 millones de euros. Ése fue el precio de acondicionar los 300.000 metros cuadrados de su superficie. Se organizó una gestión mixta entre lo público y lo privado. Posteriormente sería la empresa Urbaser la encargada de prestar el servicio hasta el pasado mes de mayo, cuando el centro cerró sus puertas al público, quedando únicamente el servicio de hipoterapia.
La crisis fue el principio del fin del centro ecuestre El Asturcón. Se redujo notablemente el número de caballos estabulados y se extendió el deterioro de las instalaciones. Fue a mediados de este año cuando el tripartito que gobierna el Consistorio (PSOE, Somos, IU) tomó la decisión de echar el cierre y buscar un nuevo uso para los terrenos, apelando a los altos costes que generaba su mantenimiento.
Entre las posibles actividades que podría albergar el centro han sonado propuestas que giran en torno al deporte y al ocio, entre otras. La posibilidad que parece cobrar más fuerza en los últimos meses es que la instalación pueda acoger la futura ciudad deportiva del Real Oviedo. Sin embargo, a pesar de los rumores, aún no existe una confirmación oficial.
