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Trubia soporta la mayor contaminación de benceno de Asturias, alertan los ecologistas

Los expertos llaman a la prudencia "hasta no obtener la media anual del nivel de la sustancia", pese a que el medidor registra "datos alarmantes"

Trubia soporta la mayor contaminación de benceno de Asturias, alertan los ecologistas MARÍA GÓMEZ

La estación que mide la contaminación en Trubia ha registrado "valores alarmantes" de benceno desde que comenzó a funcionar en julio. Unos niveles que, según la Coordinadora Ecologista de Asturias, son los más altos de la región y podrían superar los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la normativa española, que establecen un límite de 5 microgramos por metro cúbico de media al año. A falta de obtener esa media en Oviedo, la estación de medición trubieca -que registra los niveles de partículas en suspensión, dióxido de azufre y benceno- alcanzó ayer un pico de 36 microgramos de benceno por metro cúbico a las diez de la mañana y una media de 14,4 microgramos por metro cúbico en las últimas veinticuatro horas. "No es normal lo que está pasando. Los valores son exagerados y precisan de una actuación urgente porque no hay que olvidar que el benceno es altamente tóxico y cancerígeno", dice Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias.

Precisamente, los ecologistas se reunieron hace dos semanas con la directora de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón; el concejal de Medio Ambiente, Ignacio Fernández del Páramo; y vecinos de Trubia para preguntar sobre la causa de la contaminación y buscar soluciones. Ambas administraciones, tanto la regional como la local, están a la espera de tener más valores. Es decir, tal y como establece la normativa, esperar un año para obtener el promedio de benceno y validar los datos.

El concejal de Medio Ambiente matiza que la competencia es del Principado, "que además deberá informar al Ayuntamiento del origen y la causa del benceno en caso de registrarse unos valores anormales continuos". Para el edil, es necesario "darle su tiempo a los técnicos y no actuar con prisas" e incluso diseñar un plan estratégico entre varios Ayuntamientos para actuar a nivel global en el territorio asturiano. A su juicio, la contaminación por benceno nada tiene que ver con la que sufrió la ciudad en diciembre, cuando hubo que cortar al tráfico la "Y" a la entrada a Oviedo por el elevado nivel de partículas en suspensión detectado en la estación medidora del Palacio de los Deportes. "La detección de ese tipo de partículas y su validación es mucho más rápida que la del benceno", explica el concejal.

Los trubiecos no están tan relajados. Roberto Velasco, representante de la asociación de vecinos de la localidad, asegura que están muy preocupados por su salud ante los datos arrojados por la estación medidora, una instalación instalada allí hace un mes por el Principado a petición de los vecinos, los ecologistas y el Ayuntamiento. "Comprendemos que hay que esperar a la media anual, pero estaremos pendientes de contar los meses para pedir explicaciones", insiste Velasco.

Los expertos en Medio Ambiente y partículas contaminantes defienden la línea argumental de las administraciones. Leonor Castrillón, profesora de Tecnologías de Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo, llama a la prudencia. "No se puede crear alarma por un pico en los niveles de benceno, el promedio anual puede ser bueno y ajustado a lo que marca la normativa". Castrillón explica que es necesario conocer en profundidad la procedencia de la sustancia contaminante, que suele provenir de las industrias químicas y del carbón, además del tráfico pesado. "Las empresas tienen una autorización ambiental integrada que fija unos límites de emisión". Por eso, la profesora universitaria cree que es posible que un día haya un alto valor de benceno, pero al siguiente uno muy bajo o nulo.

Su colega profesional Luis Negral, que trabajó en Asturias y actualmente está destinado en Cartagena, admite que "si la contaminación es recurrente y los valores anormales, hay que controlarla" para evitar que "Bruselas actúe e incluso imponga sanciones". Aún así, también apuesta a capa y espada por la cautela y deposita su confianza en el seguimiento de la red de medidores y puntos de control estatales de contaminación. "Los datos de 2015 se publicaron oficialmente en 2016. Es un proceso garantista que hay que respetar".

La Coordinadora Ecologista consulta a diario los niveles de benceno en Oviedo, tanto en Trubia como en la estación de medición de Ventanielles, e insiste en que "el Principado ocultaba hasta ahora el problema de Trubia porque no tenía medidor de benceno, pero desde julio se ha demostrado que existe una disparada contaminación de este peligroso contaminante que se ocultaba a los vecinos".

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