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El Camino Primitivo satura el albergue

La Asociación Astur-Leonesa instalará diez camas más en el Seminario ante el fuerte aumento de la demanda, con un 40% más de peregrinos que en 2015

La peregrina cordobesa Almudena Díaz deja su mochila en una litera del albergue. LAURA CARADUJE

Las 51 camas del albergue del El Salvador no son suficientes para acoger a todos los peregrinos que acuden a diario, la mayoría dispuestos a empezar el Camino Primitivo y el resto para hacer honor al dicho: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado pero no al Señor". La Asociación Astur-Leonesa del Camino de Santiago -que gestiona la instalación, en el edificio del Seminario Metropolitano- ampliará las plazas con diez camas más el año que viene ante el fuerte aumento de la demanda. El presidente de la agrupación, José Luis Galán, calcula que el número de personas que llaman a su puerta este verano es un 40 por ciento superior con respecto al mismo período de 2015: "Desde junio, no tenemos más remedio que dejar en la calle a una media de 15 caminantes al día después de colgar el cartel de completo a primera hora de la tarde". La reforma será sencilla: instalarán literas donde ahora hay camas para aprovechar al máximo el espacio.

El albergue (situado en la parte trasera del Seminario, en el Prado Picón, y con vistas a la calle Leopoldo Alas) abre a las tres en punto de la tarde, pero minutos antes suele haber gente esperando. "Hola, soy el hospitalero. Necesito el documento de identidad, os llevo a vuestra habitación, descansáis y antes de las nueve de la noche pagáis el alojamiento (6 euros la noche). Gracias". Manuel Collar repite esto de pie y en mitad del pasillo cada vez que llega un grupo grande al albergue. Si llegan uno o dos peregrinos, los recibe en un pequeño despacho.

Collar es una de las cuatro o cinco personas que atienden habitualmente la instalación. Una está contratada y las demás son voluntarias que se reparten el trabajo a turnos. "Hablo inglés y chapurreo francés e italiano para entenderme con los huéspedes que vienen de medio mundo", explica el chico, que además se desvive por ayudar a los que se han quedado sin cama facilitándoles direcciones alternativas de albergues privados y hostales, dejando que se duchen y dándoles un mapa de Oviedo y la clave wifi para que naveguen por internet libremente.

Eso le pasó el domingo por la noche a Almudena Díaz, una cordobesa de 32 años que decidió emprender en solitario el camino a Santiago partiendo desde la capital asturiana. Llegó a Oviedo a las doce de la noche y sólo encontró plaza en un hotel de alto precio. "Daba por hecho que el albergue público estaría cerrado, así que escribí un correo electrónico a varios albergues particulares y pensiones, pero no me contestó nadie". Tenía razón sobre el horario de cierre del Salvador, que está disponible de 15.00 a 22.00 horas todos los días de la semana, incluso los festivos. Almudena regresó a primera hora de la tarde de ayer al Seminario para ver si tenía más suerte y podía empezar la ruta jacobea como manda la tradición. Y la tuvo. "He escogido el Camino Primitivo porque quería estar en contacto con la naturaleza y estar rodeada de zonas verdes. Creo que es una de las rutas más bonitas para hacerlo", comenta la joven.

Los españoles son sólo una pequeña parte de todos los que pasan por el albergue. Las nacionalidades más repetidas son la italiana, francesa y alemana, seguidas de la australiana, americana, japonesa y neozelandesa. En el libro de registro hay un buen número de pernoctaciones de peregrinos de los países bálticos y Europa del Este en los últimos meses. Al parecer, el Camino Primitivo es muy apreciado en Letonia, Estonia y República Checa.

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