El edificio que ocupa la esquina entre las calles Rosal y Jesús, en una de las entradas al Oviedo Antiguo, está siendo vaciado y derribado parcialmente (las plantas superiores) como consecuencia de una declaración de ruina que arrastra desde hace más de dos años.

La actuación llega después de que la sección de Urbanismo del Ayuntamiento de Oviedo autorizase recientemente el vaciado interior total del edificio, por el riesgo de derrumbe que suponía. Además, se ha ordenado la demolición de las plantas superiores, la cuarta y la quinta, con la condición de que sean reconstruidas cuando se ejecute, en el futuro, un proyecto de reedificación. Según informaron fuentes municipales a este periódico, la intervención cuenta con informe favorable de la Consejería de Cultura.

Fue la propiedad quien solicitó en su momento la declaración de ruina, apoyándose en una serie de informes técnicos, que certificaban que el mantenimiento de la construcción entrañaba un riesgo para la seguridad. El derribo ha sido autorizado con una serie de condiciones, al tratarse de un bloque de viviendas incluido en el Catálogo de Edificios y Elementos de Interés (tiene una protección parcial de grado uno), lo que exige que sea reconstruido manteniendo la estructura exterior con la que ha llegado hasta la actualidad.

Según consta en el expediente del inmueble, al que ha tenido acceso este periódico, las inspecciones técnicas realizadas en el edificio determinaron que no es necesario conservar los muros medianeros ni la fachada de las dos plantas superiores "reduciendo la obligación de conservación a los muros medianeros y de la fachada de la planta baja y las dos superiores". Asimismo, según consta en el mismo documento, la autorización para la demolición de estas fachadas y su posterior reconstrucción debe contar con la autorización de la Comisión Permanente del Consejo de Patrimonio Cultural.

Los trabajos de derribo y vaciado comenzaron hace unos días, pero, por el momento, la propiedad no ha presentado un proyecto de reconstrucción, por lo que, al menos en el ámbito municipal, se desconoce aún el destino del inmueble de la esquina entre las calles Jesús y El Rosal.

La demora entre la declaración de ruina, hace ya dos años, y el derribo del inmueble se debe en parte a que en los bajos del edificio estaban ocupados por comercios, los últimos una farmacia y una joyería.