Wenceslao López sale a la batalla con una única carta pero con una inquebrantable fe. Su mano parece buena, aunque quizá algo escasa si las cosas se tuercen: es un informe del secretario municipal que justifica la convocatoria de 29 plazas de trabajadores interinos para formar la nueva plantilla del servicio de recaudación de impuestos y culminar así la remunicipalización; es decir, el regreso al regazo de los funcionarios, después de que el PP, con Gabino de Lorenzo en la alcaldía, lo entregase como servicio auxiliar a empresas externas vía concurso. El secretario del Ayuntamiento avala la convocatoria con un argumento tan sencillo como, a priori, aplastante: se trata de puestos de trabajo esenciales para desarrollar un trabajo que, según el criterio del tripartito, debe estar en manos municipales.
Es precisamente De Lorenzo uno de los que está al otro lado del combate. Fue la Delegación del Gobierno la que abrió la espita del conflicto, cuando solicitó documentación acerca de la convocatoria de empleo. La Unión Europea, los Presupuestos Generales del Estado y la Ley de Racionalización vigilan con celo el empleo público en la administración para evitar el engorde innecesario. El Ministerio de Hacienda extrema el control en estos casos para que nadie se salte la exigua tasa de reposición (un nuevo contrato por cada dos jubilaciones), así que todo indica que De Lorenzo, aunque se lleva los golpes de Somos y de Wenceslao López, no ha actuado por su cuenta.
De lo que no hay duda es de que el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas ha iniciado un control de la legalidad de esta convocatoria. Unos días atrás, la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo (AMSO) presumía en sus redes sociales del "empeño personal" del alcalde en recuperar para el Ayuntamiento los servicios municipales, arrebatarlos de las garras de la empresa privada.
La documentación ya está camino de Madrid, del departamento de Cristóbal Montoro. Los implacables abogados del Estado examinarán el informe de "nuestro" secretario municipal. Wenceslao López asegura que todo es legal y pide "no dramatizar". De acuerdo, solo que, si las cosas se tuercen, si el criterio ministerial difiere del ovetense, será más fácil saltar por los aires el informe de un único funcionario que si el Alcalde hubiese presentado una retahíla de sólidas adhesiones.
¿Por qué hay únicamente un informe favorable? Políticamente es lógico que un gobierno de izquierdas quiera la recaudación de impuestos en sus manos, pero da la sensación de no contar en este empeño con toda la fuerza de un Ayuntamiento relevante como lo es el ovetense. La lógica, apuntan desde algún despacho municipal, sería haber elaborado un gran informe para justificar la recuperación del servicio. La abogacía consistorial, contratación, quizá también tesorería, en fin, todos los actores afectados, podrían haber empujado con más fuerza que el solitario dictamen del secretario municipal. Y en busca de la perfección, ¿habría servido de algo un trabajo coordinado entre la intervención municipal y el Ministerio para iniciar el proceso? Nunca se sabrá.
Si Wenceslao López supera el examen de los "supertacañones" de Montoro, el cronómetro iniciará una cuenta atrás implacable. Una convocatoria de 29 plazas no es fácil de manejar: se esperan numerosos candidatos, las consiguientes alegaciones, su estudio... Mucho e intenso trabajo. Para llegar a ese momento, el tripartito, pero especialmente el Alcalde, tendrá que superar uno de los retos más importantes de lo que va de mandato. López ha hecho bandera de la recuperación del servicio de cobro de tributos. De momento, está en manos de Hacienda.
