"Es una grave temeridad y una irresponsabilidad hacer los conciertos de San Mateo en la Catedral tal y como están planteados, sin apenas vías de evacuación ni controles de acceso". Jorge Cuesta, representante de la Asociación de Vigilantes de Seguridad de Asturias (Avispa) anunció ayer que su agrupación exige la suspensión inmediata de las actuaciones mateínas en la plaza de Alfonso II el Casto y pide la búsqueda de una ubicación alternativa a veinticuatro días vista de que empiecen las fiestas. Lo hizo con una abultada carpeta bajo el brazo, llena de copias del informe que esa misma mañana presentó ante la Delegación del Gobierno, la Policía Nacional, la Unidad Territorial de Seguridad Privada, el Ayuntamiento, el Alcalde, la concejalía de Seguridad Ciudadana, la SOF y el presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos, Roberto Sánchez Ramos.

La asociación fue más allá y advirtió de que si la localización de los conciertos no cambia el día 16 de septiembre -el primer día de San Mateo- acudirá a los tribunales para frenar las actuaciones y "evitar poner en riesgo al público".

Cuesta, que estuvo acompañado por el responsable de los servicios jurídicos de su asociación, Graciano Amado Maujo, explicó detalladamente las dimensiones de la plaza de la Catedral, su capacidad y el tiempo que -a su juicio- se tardaría en sacar a los espectadores en caso de necesidad. En concreto, 2 minutos y 31 segundos. "Tiempo, a todas luces, excesivo y que encima puede aumentar considerablemente". El factor que sumaría segundos o minutos a la evacuación sería el estado en el que se encuentren los asistentes. "Si hay gente en estado de embriaguez, si llevan botellón, si se tiran en el suelo a beber o si van bajo los efectos de estupefacientes o demás, la cosa se complicará mucho".

Según el portavoz de la Asociación de Vigilantes de Seguridad, Privada el aforo máximo de la plaza de Alfonso II el Casto es de 4.580 personas, mientras que este San Mateo podrían juntarse allí más de 5.000. Para Avispa, el número de espectadores con el que no se correrían riegos sería de 2.000. Así, la agrupación exige un control de acceso. Por ejemplo, con pulseras en las muñecas.

La cuestión fundamental es por dónde salir en caso de emergencia. Los vigilantes señalan a la calle del Águila como única posibilidad: "No se han previsto vías para la entrada o salida de ambulancias o coches de bomberos porque habrá aglomeraciones, puestos ambulantes o chiringuitos, y la calle del Águila tampoco cumple todos los requisitos de evacuación porque previsiblemente estará bastante saturada".

El documento que Avispa presentó ayer especifica que la plaza de la Catedral tiene 2.290 metros cuadrados que en realidad se quedarán en 1.600 al recortar el espacio de escenario y camerinos. Además, habrá 300 metros cuadrados reservados para personas con problemas de movilidad "de los cuales la SOF no indica su ubicación exacta".

Tras enumerar "el desaguisado que supondrá hacer conciertos ante San Salvador" , el representante de los vigilantes trató de quitar dramatismo diciendo que no era algo "apocalíptico", pero que "como padre, yo prohibiría a mis hijos ir a estos conciertos de San Mateo en la Catedral".

Cuesta esgrimió el informe sobre las condiciones de seguridad de la plaza que elaboró el SEIS (Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento) en 2012. Entonces, la conclusión de los bomberos era que "la plaza no debería ser utilizada para la realización de grandes conciertos, o la realización de cualquier otro tipo de acto susceptible de obstruir una o varias vías de evacuación (...)".