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Los hosteleros aceptan los cambios de las terrazas, pero piden "claridad" y "diálogo"

El contenido de la modificación de la ordenanza convence a los bares, que no comparten las formas del Ayuntamiento

Los hosteleros aceptan los cambios de las terrazas, pero piden "claridad" y "diálogo" LNE

La polémica por la modificación de la ordenanza de terrazas está más cerca de su final y ya apunta a un desenlace claro. La Junta de Gobierno autorizó el pasado viernes los nuevos cambios que se introducirán en la normativa. A falta de ser sometida a pleno y a la espera de las enmiendas que podrán presentar los distintos grupos políticos municipales, la reforma incluye tres aspectos muy discutidos por los hosteleros. En general, aceptan los cambios pero reclaman, para futuras ocasiones, "claridad" y "diálogo".

Una de esas futuras modificaciones se refiere a las terrazas de tipo "pórtico", aquellas que poseen estructuras cubiertas o cerradas. La normativa vigente prohíbe que se encuentren a menos de tres metros de las fachadas de los edificios, pero los cambios que se plantea introducir permitirían situarlas a una distancia menor, siempre y cuando respeten la accesibilidad de todos los transeúntes.

Una de las zonas más afectadas es la calle Gascona, cuyas sidrerías cuentan con ejemplos claros de esta tipología. "Todo lo que sirva para mejorar y meditar la ley es bueno", señala Alberto Álvarez, encargado de un establecimiento en el bulevar de la sidra. No obstante, considera que el Consistorio debería haberse tomado "más tiempo para dialogar con vecinos, asociaciones y hosteleros". En la misma zona, Toni Rodríguez, también posee una terraza de estas características. "La normativa está para cumplirse, acataremos lo que diga, pero hay que aclararse de una vez y dejarse de leyes de 'quita y pon'", dice. Ambos sidreros coinciden en que la calle, por su afluencia y singularidad, debería tener una consideración legislativa diferente. "El Ayuntamiento tiene que velar por uno de los motores económicos de la ciudad con una normativa específica, más flexible", opina Alberto Álvarez. Por su parte, Toni Rodríguez cree que sería "injusto" que en Gascona se "limitasen" las terrazas.

Otra de las futuras modificaciones consiste en permitir la ampliación del ancho de las terrazas hasta un máximo de seis metros -tres metros por cada lado-, que hoy está restringido al ancho del propio local. Muchos hosteleros celebran esta medida, como Daniel Juan, hostelero en la plaza del Ayuntamiento. "Esto es necesario para un local como este, que tiene una fachada estrecha; si no, apenas podría poner un par de mesas", señala. Patricia Pérez, que regente un establecimiento en la avenida de Galicia, coincide con Daniel Juan, su socio y también marido. "Podremos recuperar mesas perdidas y evitar despidos por las pérdidas", indica.

La calle Manuel Pedregal, más conocida por los ovetenses como la ruta de los vinos, es otro de los centros de ocio y restauración de la ciudad. Allí varios establecimientos asumen los cambios, pero critican la actitud del Ayuntamiento en el diálogo. "La ordenanza no es la cuestión, se cumple y ya está", afirma el hostelero Manuel Fernández. Para él, el problema está en que "se escucha a una minoría de vecinos y no a la mayoría de gente normal". Y es que, pese al "consenso" con el cual el gobierno local asegura que se autorizaron las modificaciones, algunos hosteleros consideran que se ha menospreciado su voz. "Creo que se escucha más a los vecinos que a nosotros", dice Jorge Álvarez, encargado de un local en Manuel Pedregal. De todas maneras, Álvarez recibe bien los cambios. "Todo aquello que se pueda mejorar es positivo, el Ayuntamiento por fin ha cedido en algo", sentencia.

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