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Un "parking" en doble fila al pie del Prerrománico

Caminantes y ciclistas protestan por la aglomeración de coches en las cunetas del Naranco: "No es de recibo, los visitantes tienen un aparcamiento libre muy cerca"

avalancha de visitantes. P. Á.

Los turistas lo ven y no se lo creen. Acuden a visitar los monumentos prerrománicos del Naranco y pueden dejar el coche a diez o quince metros de sus muros, todo ello al módico precio de tres euros por persona: tres por la visita a las joyas arquitectónicas (dos euros si son niños) y cero por el párking. Y sin apenas caminar. Ayer, a eso de las cinco de la tarde, había vehículos aparcados, incluso en doble fila, en el entorno de Santa María del Naranco y de San Miguel de Lillo. En las últimas semanas, esta escena se ha repetido en diversas ocasiones, particularmente en la curva de San Miguel, pese a las rayas amarillas de prohibición pintadas en el suelo.

La comodidad para los visitantes es total, y seguro que la valoran y hasta les extraña, máxime cuando observan que unos centenares de metros más abajo disponen de un aparcamiento amplio y gratuito y que pueden saltárselo sin mayores consecuencias que una amable reprimenda de la Policía Local.

A lo largo del día de ayer, los agentes se acercaron varias veces a los monumentos y disolvieron las concentraciones de utilitarios que allí estaban estacionados. Un rato más tarde, cuando los locales ya se habían marchado, las cunetas de ese tramo de la subida al Naranco volvían a poblarse de coches.

Las hileras de vehículos no sólo son vistas con malos ojos por las personas preocupadas por la conservación de unos monumentos construidos a mediados del siglo IX. También los usuarios habituales del monte ovetense, ya sean caminantes, ciclistas o automovilistas, han levantado la voz para protestar por una situación que consideran inaceptable. "No es de recibo encontrarse con coches en las dos cunetas en una carretera tan estrecha, cuando a los turistas se les dan todas las facilidades para aparcar, y subir dando un paseo hasta Santa María o San Miguel", comentaba un ovetense que frecuenta el Naranco.

Según ha podido saber este periódico, el problema no es nuevo, pero se ha agravado este verano como consecuencia de la avalancha de turistas que han visitado los edificios prerrománicos. Los conocedores del sector sostienen que en las dos o tres últimas semanas la afluencia de visitantes a Santa María y San Miguel ha alcanzado unas proporciones "nunca vistas" con anterioridad.

Uno de los factores diferenciales del presente verano es que el flujo de turistas ha sido muy intenso no sólo en días nublados, como venía sucediendo de forma tradicional, cuando el turismo cultural se convertía en la alternativa a la playa. En esta ocasión, el Prerrománico también ha sido masivamente visitado en las jornadas de sol radiante, como las disfrutadas en los quince últimos días.

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