Un viaje visual por el Oviedo antiguo en cuestión de unos pocos minutos: en el tiempo que un ascensor recorre las trece plantas del edificio ALSA, situado en la plaza Primo de Rivera, donde se encontraba antiguamente la estación de autobuses. En esto consiste "13 plazas, 13 plantas", el nuevo proyecto artístico del pintor vallisoletano afincado en Asturias Toño Velasco, que prevé "aprovechar un edificio asociado al viaje para ofrecer, a su vez, un recorrido por Oviedo, la ciudad que me ha dado todo".
El artista acaba de culminar el primero de los trece murales pensados para decorar cada una de las trece plantas del bloque de viviendas. Éste, que ya luce en el sexto piso, retrata la Catedral, vista desde la calle de la Rúa, con la escultura de la Regenta en primer término.
"La plaza es el lugar de reunión y de ocio por excelencia, donde la gente se relaciona... Para mí, son los lugares más importantes de una ciudad", explica el autor, que por esta razón se ha decantado por los trece puntos de encuentro, a su juicio, "más emblemáticos del Oviedo Antiguo".
Toño Velasco recuerda el edificio que le vio crecer, una construcción del arquitecto Ignacio Álvarez Castelao que data de 1957, como un lugar "bullicioso, gris y oscuro", y añade que "aunque ha mejorado mucho, me gustaría que estas pinturas contribuyesen a hacerlo aún más acogedor". Por ahora, al menos en la sexta planta, donde descansa el primer mural, en el "impasse" en que se abre y se cierra la puerta del ascensor, vecinos y visitantes pueden deleitarse ya con una fusión pictórica de idealización y realidad. "El estilo es figurativo: aunque me mantengo fiel a la arquitectura, los cielos reflejan un mundo de fantasía".
Para el artista, "Oviedo siempre ha sido una ciudad de mil colores, con fachadas muy variopintas. Yo la reinterpreto y, con la excusa de la arquitectura, pretendo convertirla en una fiesta cromática". Todo un festival de colores del que los cielos serán los verdaderos protagonistas, así como la huella personal más clara del autor. Desde la Catedral a Porlier, y así en cada una de las trece plazas, el estilo dominante será lo que el propio Velasco llama "no style". "Es inevitable que un pintor se nutra de la obra de otros artistas, pero pretendo que cada cielo sea diferente: uno más orgánico, otro más pictórico...".
"13 plazas, 13 plantas" comenzó a fraguarse en la cabeza de Toño Velasco a partir de una petición al artista por parte de la junta directiva de la comunidad de vecinos. Aún sujeto a aprobación, de llegar a culminarse, se tratará de un proyecto sometido a la participación y al "ensayo y error". "Los vecinos han ido conformando el mural de la Catedral con sus sugerencias. Por ejemplo, al principio, había aplicado una base rosa a la Catedral que suscitaba mucho recelo", explica.
En cuanto al proceso creativo, que se prolongará durante año y medio, "irá evolucionando". El pintor reconoce que "no existe un ejercicio intelectual consciente cuando se toman ciertas decisiones. Siempre hay un componente de subjetividad condicionado por el momento". Por eso, para Velasco, apasionado por este arte desde niño, en la pintura, como en el edificio que le vio crecer, "lo importante es el viaje".
Además de la plaza de la Catedral, este proyecto contempla retratar los siguientes puntos: la Escandalera, Daoíz y Velarde, el Fontán, el Paraguas, Porlier, Riego, la Constitución, Sol, Trascorrales, Feijo, Corrada del Obispo y Paseo de los Álamos.
El primer mural, que inmortaliza la visión de Velasco de la plaza de la Catedral, ya terminado, servirá como muestra para que los vecinos puedan decidir, en septiembre, durante la próxima reunión comunitaria, si desean que continúe la "fiesta cromática" de la ciudad de Oviedo en el edificio "de los Alsas".
