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El consultorio

La sed del verano se nota en la báscula

El agua es la única bebida para - estas épocas cálidas que no acarrea una notable ingesta de kilocalorías

Una joven bebe agua después de hacer ejercicio.

Cuando el calor aprieta en verano, un buen remedio es hidratarse con alguna bebida fría que refresque. Además, el buen tiempo invita a alternar más en bares, terrazas y chiringuitos. Pero quienes no quieran pasarse con las calorías deben tener en cuenta algunos consejos a la hora de pedir al camarero. Son recomendaciones de la Oficina de Consumidores y Usuarios (OCU).

La gran ventaja del agua mineral es que no aporta ninguna caloría y que constituye el mejor remedio para calmar la sed. También se comercializan aguas aromatizadas, con y sin gas, para quienes deseen variar sin salirse del clásico.

Pero no siempre apetece agua. Así que la clara (cerveza con gaseosa) es otra habitual del verano. Si se beben 330 mililitros de esta bebida, el aporte de calorías es de 59, menos de la mitad que la variante con refresco de limón para dulcificar el amargor de la cerveza. No hay que olvidar que el refresco con el que se mezcla lleva bastante cantidad de azúcar. Una botella o caña de 330 mililitros suponen 125 kilocalorías. Es la que más engorda de las tres variedades habituales de cerveza.

Cuando esta bebida se toma sola, la misma cantidad supone unas 116 kilocalorías para el cuerpo. La mayoría tienen un 5% de alcohol, aunque depende de las variedades. Así y todo, es menos que el vino, pero bastan dos cañas para dar positivo en un control de tráfico de alcoholemia de la Guardia Civil. Aunque conviene tener cuidado, porque las cervezas denominadas sin alcohol contienen entre un 0,4% y un 1%. Las que no llevan nada son las "0,0".

¿Y el tinto de verano? Pues tomar 330 mililitros incorpora 125 kilocalorías, más que la cerveza sola y lo mismo que con limón. El vino tinto rebajado con gaseosa, una de las bebidas más populares en los meses de calor, es una combinación dulce, refrescante y con burbujas, pero que tiene tanto alcohol como una cerveza normal.

Los zumos son otra buena opción para calmar la sed, una de las preferidas de los niños. Lo mejor es optar por el natural y recién exprimido para evitar los azúcares añadidos de los concentrados o néctares, con un porcentaje mínimo del 50%. Así que, al igual que con las anteriores bebidas, si se ingieren 330 mililitros, el aporte calórico es de 149.

Según los datos que maneja la OCU, es incluso mayor que la de un refresco. Si se toma una lata (330 ml) las kilocalorías son 132. La mayoría suponen un aporte extra de azúcar si se consumen en exceso. Los de cola son los más populares, pues significan el 52% del mercado.

Los granizados son otra opción para el verano, pero hay que tener en cuenta también sus altos valores en azúcares y baja cantidad en fruta. Son helados de agua y un 12% de azúcar, que tienen 198 kilocalorías (330 mililitros).

La horchata es un producto típicamente valenciano elaborado con chufas trituradas, maceradas y mezcladas con agua y azúcar, que también se ha popularizado. Tomar 330 mililitros supone 231 kilocalorías. Es rica en almidón y ácido linoleico. Además, contiene un 2,4% de grasas y un 12% de azúcares.

El mojito es una bebida alcohólica que también se presta más para el verano, pero una copa (unos 250 mililitros) acarrea 200 kilocalorías para el organismo. Además de su sabor, este cóctel cubano de ron con zumo de lima, hierbabuena, soda, azúcar y mucho hielo sólo aporta las calorías vacías del alcohol y el azúcar.

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