A "Javi" no lo quiere nadie. Es un "jabamita" o "cerdolí" (las denominaciones populares que ya se dan al cruce de jabalí con cerdo vietnamita) macho adulto, algo agresivo y poco agraciado que hasta hace trece días trotaba libremente por La Malata, un terreno municipal cercano a la antigua carretera a Lugones y bajo las vías del tren, que fue usado como asentamiento chabolista durante años. La ONG "Mundo Vivo" lo sacó de allí junto a 17 cerdos vietnamitas días después de que el poblado fuese desalojado. Le llevaron a Llanes, a una finca propiedad de la ONG, a la espera de entregarlo en adopción.

Cinco ejemplares jóvenes ya han sido dados a particulares de Siero, Gijón y Avilés y mucha gente se ha interesado por los restantes, salvo por "Javi" y por "Renata", una cerda de avanzada edad.

De los trece animales que están en lista de espera, ocho son crías de apenas quince días. "Debemos esperar al menos un par de semanas para darlas en adopción porque ahora no es aconsejable hacerlo. Necesitan los cuidados de su madre y tiene que aprender a valerse por sí solos", explica Luis Bernardo, el presidente de "Mundo Vivo".

El último asentamiento chabolista de Oviedo pasó a la historia con polémica incluida. Los moradores aceptaron marcharse pacíficamente, pero dejaron allí a casi una veintena de cerdos vietnamitas, decenas de gallinas y tres o cuatro perros. El Ayuntamiento, tras el asesoramiento del Principado, encomendó la tara a la ONG de Llanes, que contó con la colaboración de la Policía Local.

Los cerdos vietnamitas no son una especie cinegética (cuya caza esté permitida) ni invasora. Sin embargo, pueden ser un riesgo sanitario para el ganado porcino y vacuno, y la fauna silvestre. Además, son capaces de hibridarse con los jabalíes, o lo que es lo mismo, aparearse dando lugar a los llamados "jabamitas" o "cerdolís" (como "Javi") produciendo un desequilibrio ecológico. Los jabalíes son huidizos y suelen comer por la noche, mientras que el cerdo vietnamita comer a cualquier hora y no tiene miedo al ser humano.