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Cronista oficial de las Regueras

Septiembre empieza con alegría

Las Regueras pasó su fiesta al final del verano en busca de buen tiempo

Dos de las reses del concurso. LAURA CARADUJE

La fiesta de los Mártires San Fabián y San Sebastián de Mariñes se celebra en su capilla, situada en el centro de este pueblo de la parroquia de Biedes, en Les Regueres.

La capilla es de planta rectangular, nave única, con ventanas ojivales y espadaña de un cuerpo rematada con bolas. Tiene pórtico abierto en dos de sus lados y, a media altura, en el tercero, con dos grandes arcos. En la restauración posterior a la guerra civil, se cambió el pórtico cubierto de teja por una pequeña terraza para facilitar que, desde allí, el predicador leyese el sermón el día de la fiesta. En su lateral izquierdo se adosa la sacristía y está cubierta a dos aguas. En el interior, se encuentran las imágenes de San Fabián, San Sebastián, La Concepción y el Cristo de la Resurrección.

Sus orígenes se remontan al siglo XIV. Pertenecía entonces a la familia de uno de los siete famosos Escuderos de Les Regueres, que ayudaron al rey Enrique de Trastámara, cuando huía de su hermano Pedro I, el Cruel, allá por el año 1350. El escudero se llamaba Pedro Marinas, y es probable que fuera su apellido el que diera nombre al pueblo. Aunque el nombre podría deberse también a los vaqueros de alzada que habitaban aquí y en el resto de la parroquia, que trashumaban a Torrestío, en la Babia leonesa. Cuando en el otoño iniciaban la vuelta, se decía que volvían a las marinas, por estar más cerca del mar.

Pedro Marinas tenía su casa solariega en lo que hoy conocemos por la vieja casa de Casa Valdés, donde se aprecia claramente una torre antigua, datada en el siglo XIV. Como noble que era, en su escudo de armas pintaba las de su apellido, una imagen de San Sebastián, de ahí quizás la advocación de la capilla, junto a San Fabián. El nombre de San Sebastián se extiende a algunas fincas del pueblo. Y el campo que rodea la ermita se llama El Bito, que procede de El Bendito, El Tego Bendito como figura en antiguas escrituras.

En el Libro de Fábrica de la parroquia de Santa María de Andayón, a la que pertenecía Mariñes, hasta finales del siglo XIX, se dice que en el año 1746 la ermita de los Mártires, se reparó y puso con la decencia posible a costa de los vecinos de esta parroquia por repartimiento que se hizo por iguales partes. También se repartían los gastos de la fiesta, así se dice en 1766: 6 reales para el párroco por asistir a la procesión, 10 reales para los sacerdotes que le ayudaron y 20 reales y 15 maravedís se dieron al gaitero. Estos gastos se repartieron entre los vecinos, menos dos que eran pobres.

Antiguamente esta fiesta se celebraba el 20 de enero. Como los vecinos querían hacer romería y en esa fecha hacía mal tiempo, decidieron cambiarla para el primer domingo de septiembre.

"Venía mucha gente de promesa. Había hábitos colgados en la pared de la izquierda y la gente que venía de ofrecimiento ponía el hábito. Después de la misa se subastaban les rameres, antes de la guerra eran tres xates. Nombraban un mayordomo cada año que era el que se encargaba de comprarlas y subastarlas y buscar un gaitero para la misa, los voladores, la comida los cures, todo eso...

La romería era en El Bito, que era un castañeo donde hubo un batiente. Ponían faroles p'alumbrar con una vela y había varios chigreros y rosquilleres. La romería era con gaita y tambor. Se hacía una hilera muy larga y a bailar a lo suelto. Sólo había fiesta el sábado y el domingo. El sábado era la foguera, llamábase así en vez de verbena", según datos facilitados hace años por Manuel Alonso Rodríguez (1920-2013).

En los últimos tiempos la fiesta duraba 3 días, se hacía en el Castañeo Xuacu, en La Canal, o delante de Casa Lala...

Ahora se hace una misa festiva con gaita y tambor, procesión y sesión vermú a la sombra de la gran castañal que cobija a los romeros desde hace muchos años.

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