Los cacos han vuelto a actuar en Oviedo. En esta ocasión ha sido en un edificio del barrio de Vallobín y las víctimas son los propietarios de los dos pisos de una de las plantas del inmueble. Según denuncia la hija de los propietarios de una de las viviendas, los ladrones se llevaron de la casa de sus padres "unos 1.800 euros en joyas y alrededor de 4.000 en metálico". El montante de lo sustraído en el otro piso no había trascendido al cierre de esta edición.

El robo se produjo el pasado sábado en un edificio de reciente construcción situado en las inmediaciones de la Plaza Ángel González. "Tuvo que ser entre las diez de la mañana y las diez de la noche, que fue el periodo de tiempo en el que ni mis padres ni su vecino estaban en casa", asegura la denunciante. Los ladrones abrieron ambas puertas utilizando una palanca. "Las cerraduras estaban arrancadas, no utilizaron el método del 'bumping'", explica la mujer haciendo referencia a un método utilizado este año en varios domicilios de Oviedo y que consiste en insertar una llave en la cerradura, realizada con la posición más baja a la que llegan los cilindros o pistones que conforman el cierre, y golpearla con un objeto consiguiendo que las piezas se separen y se libere el giro de la llave. "Tampoco los escucharon otros vecinos porque en cada planta hay una puerta cortafuegos que aísla cada una de las plantas", señala la mujer.

Cuando los padres de la denunciante llegaron a casa se encontraron con la puerta destrozada y, una vez dentro, no tardaron en darse cuenta de que habían sido víctimas de un robo. "Fueron directamente a las habitaciones y vaciaron todos los cajones y los armarios. Mis padres, que ya son mayores, tenían allí algunos ahorros para arreglar la dentadura y se los llevaron". En la habitación del matrimonio también estaban unas joyas de la mujer valoradas en 1.800 euros, siempre según su hija.

La familia sospecha que los ladrones llevaban semanas preparando el golpe. "Mi madre dice que ya le habían llamado al telefonillo en varias ocasiones de una forma sospechosa. Asegura que eran personas que decían ser de una compañía telefónica, pero que no se fiaba. Ahora sospechamos que lo que hacían era llamar al timbre para comprobar si estaban en casa", asegura la denunciante.

La mujer, que ya ha denunciado el caso ante la Policía, pide más seguridad en la zona. "Puede que sea una banda. Ya ha ocurrido hace poco en otro piso de Vázquez de Mella y está claro que se necesitan más medios para combatir este tipo de delitos", subraya.