Ángel FIDALGO

Las fiestas de Nuestra Señora de Covadonga del Centro Asturiano, que comenzaron el día 2, se clausuraron ayer rompiendo todas las previsiones de asistencia, ya que rondaron los 30.000 participantes, según comentaba ayer por la tarde a este periódico su presidente, Alfredo Canteli, evidentemente satisfecho. "Rompimos las previsiones más optimistas y se superaron con creces los participantes de los años anteriores".

La jornada de ayer comenzó con la procesión a hombros de la Santina desde el Rincón Asturiano hasta la carpa de las fiestas, donde se celebró la misa en honor de la Virgen de Covadonga. El padre Valdés fue el encargado de oficiarla este año, ya que el capellán del Centro, José Franco, se encuentra recuperándose de una enfermedad.

El coro del club fue el encargado de cantar durante la eucaristía canciones asturianas de contenido religioso, y la banda de gaitas acompañó también la celebración, que rebosó fe y asturianía por los cuatro costados.

"Hoy es el día grande, la fiesta civil y religiosa de todos los asturianos", comenzó recordando el sacerdote, que tuvo palabras cariñosas para los socios, al tiempo que ponía en valor su participación en la marcha de peregrinación que hacen con devoción mariana al santuario de Covadonga todos los años durante el mese de mayo.

Después advirtió a los fieles que "tenéis que contribuir para que el Centro Asturiano sea un modelo de convivencia, y conseguir que sea ejemplar". Un Centro Asturiano, añadió, "al que yo quiero más que ayer pero menos que mañana". Antes de concluir, un recuerdo emocionado para José Franco pidiendo por su rápida recuperación. Para finalizar el acto religioso, los presentes entonaron el himno de Covadonga.

Y después de lo religioso llegó lo profano, disfrutando unas doscientas personas de la tradicional "fabadona" de este día y también del arroz con leche, que no podía faltar en el menú asturiano más emblemático.

Ya por la tarde, la Asociación de Buscadores de Oro "Enrique Sanfiz" de Navelgas realizó una exhibición de bateo a la que siguió un concurso para los socios, que, ilusionados, buscaron los ocho gramos de pepitas de oro de 24 quilates que estaban escondidas entre la arena. Los afortunados marcharon con ellas para sus casas.

Mientras tanto, los más pequeños estaban a lo suyo, con los hinchables, los videojuegos y con el siempre espectacular vuelo de los drones. La exhibición corrió a cargo de expertos pilotos que ganaron numerosos campeonatos nacionales.

La final del XV Torneo individual de bolos "José Antonio Álvarez Valle 'El Cuerín'" contribuyó a imprimir más asturianía aún a la jornada de ayer. Después, concurso de baile y entrega de los premios del concurso infantil de pintura y de la miniolimpiada del deporte. Entre los participantes, al final del acto, se sorteó un montón de premios.

Y como final de fiesta, romería, verbena y fuegos artificiales, como manda la tradición, que se pudieron disfrutar desde todo Oviedo. Canteli no podía estar más satisfecho en todos los aspectos. "Destaco y agradezco el especial comportamiento de los socios e invitados, que con su buen hacer dieron un ejemplo de convivencia, ya que no se produjo ni un solo incidente".

El presidente del Centro Asturiano también les agradeció que con su colaboración ayudaron a que las instalaciones se mantuvieran siempre impecables durante estos días de fiestas.