Víctor Sánchez, el piloto ovetense de 30 años que falleció el pasado martes por la tarde en un accidente de avioneta en la provincia de León junto a su copiloto, "estaba realizando un trabajo fotográfico" cuando falló el motor de su avioneta. Así lo apuntan los primeros avances de la investigación del siniestro aéreo, tal y como informó a este periódico un portavoz de la familia. El aparato se precipitó en una finca a unos ochocientos metros de la localidad de Villanueva del Condado, en la que casualmente sus padres tienen una vivienda y donde ayer al mediodía se celebró el funeral.

La pareja de Víctor Sánchez, la también ovetense Laura Soto, está muy molesta con las manifestaciones realizadas por algunos vecinos del pueblo a medios de comunicación locales, en las que afirmaban que el accidente se produjo cuando el piloto estaba saludando a su novia desde la avioneta. "Es totalmente falso, Laura es de Oviedo y estaba en su casa de Oviedo cuando sucedió todo. Es más, se enteró del accidente por un familiar", manifestó en conversación con este periódico el abogado ovetense Luis Fernández del Viso, en representación de la familia. "Están muy preocupados, porque encima de lo que pasó, tienen que lidiar con estas afirmaciones tan desafortunadas", añadió el letrado en nombre de la familia.

Víctor Sánchez, que en los últimos tiempos residía en Madrid por cuestiones de trabajo, partió del aeropuerto coruñés de Alvedro con destino a Pamplona para realizar un reportaje fotográfico desde el aire. El fatal accidente tuvo lugar a las cuatro y veinte de la tarde del martes. Víctor Sánchez siempre estuvo ligado al mundo de la aviación. Trabajó como piloto e instructor de vuelto y también había realizado reportajes de fotografía aérea.

Con estas dos últimas víctimas ya son quince las personas que perdieron la vida en los seis accidentes de avioneta ocurridos en España este año. El pasado 16 de enero, cuatro personas (un empresario, su mujer y sus dos hijas) perdieron la vida en Cuenca al estrellarse la avioneta. Un mes más tarde, el 9 de febrero, fallecía el piloto de una avioneta que se estrelló en un paraje cercano a Beas de Segura (Jaén). El 30 de marzo eran tres los jóvenes de entre 22 y 27 años que fallecían al estrellarse un Cessna 172 en la localidad madrileña de Perales de Tajuña, por el impacto de un pájaro. El 16 de mayo, dos hombres y una mujer de nacionalidad francesa morían al caer en la localidad navarra de Arbizu la avioneta en la que viajaban tras chocar en pleno vuelo contra un buitre. Hace apenas dos meses, el 5 de julio, se produjo el último accidente mortal hasta ayer, cuando dos hombres de 45 y 46 años perdían la vida calcinados en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos.