El hostelero Moto Martini asegura que todo se le ha puesto en contra estas fiestas de San Mateo. Es el propietario de un bar en la calle Eusebio González Abascal, una de las que rodea la plaza de Porlier, el núcleo de los chiringuitos. Cada año, para dejarles espacio y para que el "Pinón Folixa" pueda colocar su terraza, Moto retira la suya durante todas las fiestas. Desde hace tres años, en compensación, le permitían instalar una barra, pero este año, con las medidas de seguridad que se deben adoptar de cara a los conciertos, le dicen que la retire a las ocho.

Como es inviable, no la pondrá. Para colmo, al estar ubicado en una zona de fiesta no puede optar a una caseta hostelera en el Paseo del Bombé.

"Llevo tres años montando la barra. Nos exigen de todo, hasta materiales ignífugos, mientras ves cómo te colocan en el espacio por el que tu pagas 4.000 euros al año de terraza chiringuitos de paja y 'chapa okume'", señala este hostelero. Este año la sorpresa llegó cuando fue a preguntar el miércoles a Licencias por el permiso de la barra, que tiene que traer desde Santander. "Me llamaron por la tarde para decirme que la podía poner, pero solo hasta las ocho, por motivos de seguridad, por temas de evacuación", explica.

"No es una barra de quita y pon, tiene dos enfriadores, cañeros... No la podré montar, y dejaré de contratar veinte camareros. Este año no necesito refuerzo para las fiestas. Entre la terraza y la barra me supone pérdidas de 100.000 euros. Y por estar dos semanas sin terraza no me descuentan nada, todos esos días pago igual por ella y no la estoy usando", se queja Moto Martini.

Este hostelero pide al Ayuntamiento de Oviedo que en lugar de retirar las terrazas y las barras de los hosteleros, muevan alguno de los chiringuitos de la plaza de Porlier a la Corrada del Obispo y al Campillín, donde estaba previsto instalar cuatro nuevos chiringuitos, pero finalmente la SOF solo han podido colocar uno. "Así mejorarían de verdad la evacuación... aunque creo que son temas políticos y es una batalla perdida", se queja.

Martini asegura que los hosteleros del centro viven de las fiestas de San Mateo el resto del año. "Cuando hay épocas de vacas flacas tiramos de las ganancias de San Mateo. Nos discriminan para el Bombé porque estamos en zona de fiesta y en realidad las fiestas nos perjudican", añade.